Capítulo II

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Cabalgué toda la noche, no sabía a donde tenía que dirigirme, jamás había salido de la mansión de ese monstruo. Pero ahora las cosas eran diferentes, era libre y nada me detendría. No tuve problema alguno para cabalgar durante la noche, iría hasta el poblado más cercano y trataría de buscar información sobre mi familia, pero en cuanto el sol comenzó a salir las cosas comenzaron a complicarse un poco y es que como mi transformación estaba casi terminada la luz del sol comenzaba a afectarme. Por suerte había tomado una capucha y me cubrí con ella en cuanto sentí los rayos del sol.

Llegué al poblado más cercano en un par de horas, estaba un poco agotada y es que hace poco había comenzado a dormir la mayor parte del día y a despertar casi toda la noche, mi cuerpo estaba adaptándose según él y era un tanto notable en algunos aspectos. Al entrar no muchos notaron mi presencia, a pesar de que iba en caballo y supuse que era porque estaban arrestando a una mujer, de una edad un poco avanzada. Y no me hubieran notado, si no es porque dicha mujer comenzó a gritar:

- ¡Es a ella a quien deberían arrestar, ella será la verdadera pesadilla de ustedes si no la detienen! ¡Escúchenme, ella es el verdadero monstruo, ella y solo ella!

Inmediatamente todos los que estaban mirando voltearon a verme. Maldita sea, algo me decía que debía salir de allí en ese instante. Un hombre de los que estaban arrestándola le dijo:

- ¡Cállate mujer! Ella solo es una forastera, pero salgamos de dudas. ¡Hey forastera! Quítate la capucha para que pueda verte.

-No puedo -respondí- No se me permite hacerlo de dónde vengo.

La mujer habló de nuevo:

-No puede porque su condición física ya no se lo permite, ella es el verdadero monstruo, no yo. Saben que lo que digo es cierto, perfectamente lo saben.

El hombre habló de nuevo:

-Ven aquí forastera.

-No puedo, lo siento.

Inmediatamente comencé a cabalgar velozmente, maldita sea, las cosas se estaban complicando gracias a esa mujer. Tomé el primer sendero hacia el otro lado, tenía que salir de allí y lo hubiera hecho, si no hubiera sido porque un joven que también iba en un caballo me interceptó. Lo esquivé en un principio, pero su caballo era más veloz y evidentemente no había cabalgado sin parar durante toda la noche, por lo que me alcanzó rápidamente y logró detener mi marcha. Debido al impactó logró derribarme del caballo y caí al suelo. Inmediatamente me levanté y comencé a correr, pero el sol frenaba mis habilidades y me hacía más débil, por lo que pronto me alcanzó y me sujetó del brazo.

-Oye, a dónde vas con tanta prisa.

-Suéltame, eso no te incumbe. -Respondí-

- ¿Por qué saliste huyendo de la plaza?

-Porque esa mujer está loca, me dejas irme por favor. -Insistí-

-No, al menos descúbrete la cara, como sabré que no eres una delincuente.

-No lo soy, jamás he robado nada, al contrario, a mí me han robado. Y no lo haré, no puedo hacerlo. -Dije-

- ¿Por qué no? -Me interrogó-

-El sol, me hace daño. -Dije-

- Entonces vayamos a la comisaría y hablamos. -Me dijo-

-No puedo, debo irme. -Respondí-

-Entonces te arrestaré, por sospecha de robo.

-No tienes pruebas para acusarme de ello. -Me defendí-

-Soy el jefe de la comisaría, las tendré en un abrir y cerrar de ojos. Así que mejor acompáñame y no tendrás problemas, pequeña. -Me dijo-

-Está bien. -Respondí-



LA VENGANZA DE LOS CAÍDOS (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora