EPÍLOGO

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EPÍLOGO

UN AÑO DESPUÉS

Estaba en mi habitación, faltaba poco para mi fiesta de cumpleaños, hace unos días había cumplido 19, yo no quería una gran celebración ante los amigos de la familia. Pero Ana insistió, me hubiera gustado una reunión íntima y no una fiesta con media ciudad, pero al parecer Ana ya había organizado todo incluso antes de decirme y después de tanto insistir, se llevará a cabo.

Ya tenía mi atuendo listo para la fiesta, escogí unos jeans negros, blusa blanca, blazer negro y tacones a juego. Estaba a punto de cambiarme cuando tocaron a mi puerta.

-Adelante. –dije-

Era Ana.

-Mila, ¿ya estás lista? –Me preguntó-

-Ya casi, solo me falta cambiarme. –Le dije-

- ¿Qué usarás? –Me dijo-

Le mostré.  

*Ambos modelos me gustaron, así que no pude decidirme por uno ja ja

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*Ambos modelos me gustaron, así que no pude decidirme por uno ja ja. 

-No, no usarás eso. Ponte el vestido que te compré hace unos días. –Me dijo-

Rodé los ojos. Ya habíamos discutido ese asunto, porque de nuevo con lo mismo.

-Ana, no. No uso vestidos, ni loca usaré algo con lo que no estaré cómoda. Ya lo hablamos, asunto concluido. Si quieres vestido, usa tu uno. –Le dije-

Ana suspiró.

-Está bien Mila. Usa lo que quieras. –Me dijo y salió de mi habitación-

Me sorprendió que cediera tan pronto, últimamente Ana actuaba muy extraño, Cristóbal estaba tratando de reconquistarla, le mandaba flores a diario, chocolates que Alexander y yo nos terminábamos comiendo, cartas, tarjetas, al principio las ignoraba, pero últimamente lucía muy confundida y eso causaba su bipolaridad, o estaba muy de buenas o muy de malas. Quien la entiende.

Terminé de vestirme y salí. Algunos invitados habían comenzado a llegar, la mayoría eran amigos de mis padres, mis padres, como los echo de menos, no había vuelto a verlos desde el último sueño que tuve, aunque tengo momentos increíbles con mis hermanos, quisiera haber convivido un poco con mis padres. Marian estaba entre los invitados que ya habían llegado, corrí a saludarla, seguía frecuentándola, fue lo más cercano que tuve a una madre.

-Marian, que gusto verte. –Le dije-

Me abrazó.

-Mi niña, mira cuanto has crecido. Te extraño tanto.

-Yo también te extraño Marian, a la abuela también, siempre me trató como a una nieta. Me hubiera gustado asistir al funeral, pero aún no estaba lista para volver.

Entré en una fase de depresión poco después de haber salido de mi vida de "vampiro", hace poco que estaba recuperada de todo.

-Lo sé mi vida, pero ya estás bien y es lo que importa. –me dijo Marian-

LA VENGANZA DE LOS CAÍDOS (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora