CAPÍTULO XV

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Último capítulo de esta gran obra, espero que la hayan disfrutado tanto como yo al escribirla, debo darle créditos a Pika Berón mi editora de portadas, gracias por tu apoyo siempre. 

Narrador:

Alexander llevaba en brazos a Mila, Marian salió a encontrarlos.

- ¿Lo derrotaron? –Preguntó-

-Marian, lo hicimos, lamento que esto haya pasado, pero debemos ir a nuestra casa, nuestra hermana está muy mal, necesitamos curarla. –Dijo Ana-

-Pueden hacerlo aquí, Mila no resistirá tanto tiempo así, pueden usar la que era su recámara.

Ana miró a Alexander. Alexander asintió.

-Llévanos a la que era su habitación. –Dijo Ana-

Entraron a la que era la habitación de Mila. No se parecía para nada a la habitación de la mansión de los Valerius, esta habitación era un tanto sombría a pesar de que Mila había crecido allí, no se sentía el ambiente familiar como en la mansión Valerius. Alexander recostó a Mila en la cama.

-Necesitamos que despierte, ¿pueden despertarla? –Dijo Cristóbal-

-Mila, nena vamos, despierta, necesitamos que estés consciente. –Dijo Ana-

Mila no reaccionaba. Alexander se acercó a su oído izquierdo y le hablo.

-Nena, de verdad, te necesitamos con nosotros, por favor regresa. Despierta, eres muy importante para nosotros, vuelve con nosotros. Te queremos, despierta.

Mila comenzó a parpadear. La voz de su hermano había logrado despertarla.

- ¿Dónde estoy? Quiero irme. Me siento muy mal. –Dijo Mila-

- Mila, ven. Necesito que tomes esto.

Cristóbal destapó el frasco y se lo acercó.

-Me harás daño, eso me lastimara. Aléjate de mí asqueroso humano, déjenme en paz.

Mila intentaba alejarse, definitivamente el veneno de vampiro la estaba afectando, era como un sexto sentido, sabía que eso la dañaría e intentaba que no sucedería.

-Mila vamos, no dejes que eso sea más fuerte que tú. No estás hablando por ti, eres más fuerte que esa cosa. –Cristóbal intentaba que reaccionara-

-Mila, somos tu familia, no te dejaremos. –Dijo Ana-

Mila reaccionó ante la palabra familia y salió de ese trance. Cristóbal aprovechó y le dio la botellita, era un pequeño frasco, pero suficientemente potente para destruir el veneno que estaba consumiendo a Mila.

Mila lo bebió, el efecto curativo dio inicio, su cuerpo comenzó a tener sacudidas que se iban tornando violentas, sus venas comenzaron a resaltar de su piel y una especie de líquido azulado iba subiendo por ellas hasta posarse en su muñeca izquierda, estaba sudando intensamente y su piel iba tornándose rojiza. Gritaba desgarradoramente pidiendo que todo terminara. Alexander abrazaba a Ana, ella quería hacer algo para que su hermana no sufriera, pero era necesario. Cristóbal sujetaba las manos a los costados de Mila. Las sacudidas comenzaron a cesar, creían que todo estaba terminado, pero un último grito desgarrador de Mila indicó que no era así.

- ¡Haz que pare, me duele mucho! –Gritaba Mila-

- Es necesario Mila, el veneno necesita salir de tu organismo, perdona por lo que haré, pero es necesario.

Cristóbal tomó un pequeño cuchillo de plata e hizo un corte en su muñeca izquierda. Mila volvió a gritar de dolor.

- ¿Estás loco? ¿Por qué hiciste eso? –Inquirió Ana-

LA VENGANZA DE LOS CAÍDOS (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora