Me dejaste una colección de sensaciones no vividas, de emociones no expresadas, de sentimientos que se agolpan en mi pecho y no me dejan vivir en paz.
La adrenalina de nuestros encuentros y la furia de nuestra entrega no tendrán forma de igualarse, así como la ternura de tu mirada y el suave toque de tus manos sobre toda mi piel.
Sólo tu has hecho vibrar cada cuerda, produciendo los sonidos más hermosos, esos que ya nunca sonarán de nuevo. Sólo tu has hecho brillar mis colores como el más hermoso de los arcoiris, esos que ya no brillarán.