Hay ausencias imposibles, increíbles, dolorosas, inexplicables.
Hay ausencias cortas, intermitentes, largas y eternas.
Hay ausencias deseadas y esperadas, otras que deseamos que nunca ocurran, pero se dan.
Hay anhelos imposibles, hay vacíos que duelen más que una herida y no los queremos llenar por nostalgia, añoranza o apego.
La vida sigue y se nos va en un suspiro, esperamos lo imposible, buscamos que las ausencias se llenen y seguimos recordando, torturando la mente y el alma hasta que ya no podemos seguir adelante...
La vida hay que vivirla, superar las ausencias y empezar de nuevo, aunque duela... porque tu tristeza no es justa, ni merecida, ni puedes permitirte un día más de dolor.