Escuché un ruido abajo, me pregunté a mi misma que era. Era raro que hubieran personas en casa así que se volvía un poco tenebroso el escuchar ruido.
Me levanté de mi cama y agarre un tubo de Fierro que estaba en mi cuarto. Intenté dar pisadas silenciosas, una tras otra. Empecé a bajar las escaleras, intentaba asomarme pero no lograba ver nada... eso realmente daba miedo. Si mamá fuera la que estuviera, ya hubiera ido a mi cuarto gritando que despertará, diría, ¡SAMANTHA DEJA DE HACERTE ESTATUA Y PARATE DE UNA VEZ!
Quien estuviera ahí ya se iba a llevar a una buena sorpresita.
Seguía bajando las escaleras, lamentablemente soy tan, pero tan estúpida por naturaleza propia que me tropecé. Vi todo en cámara lenta, ahí se perdería mi dignidad, lo sabia.
De la nada alguien apareció, este ya me sostenía en sus brazos, no sabía si asustarme o alegrarme de que alguien me haya atrapado.-no siempre estaré para ayudarte- dijo alguien en forma de burla -o tal vez si- susurro.
Volteó a ver quien era, vaya la sorpresa que me lleve, era el chico nuevo. Rápidamente me separe y puse ojos de impresión no sabía que decirle hasta que reaccione de manera un poco desesperada.
- ¿por que me tocas? ¿por que me hablas así? ¡NO ESPERA! ¡LA MAS IMPORTANTE! ¿QUE HACES EN MI CASA?-
Se sentó y se cruzó de piernas mientras me miraba con una ceja levantada.
-al menos deberías decir gracias- dijo con voz sería.
-¿gracias? ¿por que debería decir gracias?-
-hoy después de dejarte afuera de la escuela sentí que debía volver al lugar, cuando regrese ahí, te vi tirada, te hablé varias veces pero nunca respondiste así que te cargué y traje a ti casa. Por cierto estaba abierta, deberías tener más cuidado-
No supe que responder en el momento sólo me quedé callada y me senté.
-no tienes que decir nada, puedo comprender como te sientes-
-¿a que te refieres?, yo no me siento culpable o que soy una carga- se acercó a mi y me miro fijamente.
-yo no me refiero a eso- soltó una pequeña sonrisa y se dio la vuelta ¿por que sonrio? ¿qué quería lograr con eso? O ¿a que se refería?
-entonses a que- pregunté un tanto sería.
-son asuntos míos, no tengo que darte explicaciones- el empezaba a guardar sus cosas que estaban en el sillón, era realmente molesto y eso que a penas lo conocí.
-al menos dime tu nombre- le pregunté aún con aquella seriedad.
-me llamo steve- sonrio al decir eso. Tengo que reconocer que su sonrisa era linda.
-¿quieres saber el mío?-
El iba saliendo ya con sus cosas en mano.
-Ya se tu nombre-.
ESTÁS LEYENDO
Perdida en mis sentimientos.
Teen FictionTodos tenemos esa etapa triste y dura en nuestras vidas y queremos desaparecer pero siempre llega alguien que la cambia totalmente...SER JOVEN ES DIFICIL.