Perdida en mis sentimientos.

Que linda sonrisa

Sonó una molesta alarma, se me había olvidado que era día de clases.

Como ya eh mencionado me molesta la escuela, sólo hay algo que cambió y no quiero aceptarlo.... el que el estará ahí.

No tardó mucho en sonar el timbre de la casa, no era normal que alguien viniera a vernos.

Baje a ver quien era... Si, era el, exactamente el.

-¡YA VOY!- grité y salí corriendo a mi cuarto para ponerme algo más formal ya que sólo tenía pijama.

En cuanto termine, baje a abrir la puerta.

No se que hacia en mi casa! ¿qué ganaba con estar llendo?.

Pero aún así, me gustaba que lo hiciera.

Sentí algo cálido en mi corazón, no soy una persona que expresa lo que siente, más bien sólo lo ocultó y lo guardó en donde nadie pueda saber.

Abrí la puerta y me sonrió.

-buenos días ¿aun no te levantabas?-.

-Cla...claro que si, yo siempre me levantó temprano-

-y.. ¿por que estas despeinada?- dijo con su típico tono burlón.

Rápidamente toque mi cabello y si efectivamente... estaba muy despeinada.

Empezó a reír al ver mi reacción, yo sólo sentía como mi cara se ponía muy caliente.

-te ves linda asi-

-no digas eso- dije sería intentando que me dejará en paz.

Empezó a jugar con mi cabello, no me gustaba que hicieran eso.
Obviamente no iba a poder detenerlo pero no me costaba nada intentar.

Me metí a mi casa y cerré la puerta.

-Samy-
-samy, disculpame, ¿vamos a la escuela juntos?-

Abrí la puerta.

-esta bien, sólo por esta ves-

-entonses ¿ya somos amigos?- dijo feliz.

-no, recuerda que sólo eres un acosador- sonreí mientras decía eso.

-¡SONREISTE!- empezó a brincar de la felicidad.

-eso no es de emocionarse-

-es que.. tienes una sonrisa linda- dijo mientras me miraba a los ojos.

Desvíe una ves más la mirada y me metí a la casa.

-pasa sólo me peinare y nos vamos-

-si, te esperare- se sentó en la sala y ahí espero hasta que terminará.