Red Moon

De vuelta en el infierno

[Capítulo editado 04/02/2021]

[Ana]

Abrí lentamente los ojos, me sentía cansada, muy cansada y el cuerpo me pesaba, pero recordaba todo lo ocurrido la noche anterior, el claro, las flores, mi abuela, Nix, la Diosa de la Noche, la Diosa de los lobos se presentó ante mi y la cual se despidió de mi con un beso en los labios, ¿así se comportaban los dioses?

Aparte todas esas emociones y me incorporé, tenía la boca seca. Arrastre mis pies hasta la cocina por el helado suelo, sacié mi sed y salí al jardín a buscar a la abuela.

- Buenos días hija, ¿Cómo te encentras?

- Cansada, y un poco confusa y cabreada porque nunca me has dicho ni una palabra sobre el tema Nix, todo eran cuentos y leyendas y ahora resulta que es real! - dije algo cabreada a la mujer mayor que me miraba con cara de aburrimiento...encima!

- Lo se cielo, no era necesario saturarte con esa información hasta que se diera el momento oportuno.

- Bueno,  voy a hacer la maleta, tengo que volver, hay muchos problemas entre la manada y los vampiros y creo que es importante que esté ahí -me di la vuelta sin esperar respuesta y me metí en la casa.

No tarde ni quince minutos en meter mis dos camisetas y mis dos pantalones en el saco, peinarme y prepararme para irme. Cuando terminé y salí al pasillo ya preparada, mi abuela ya me esperaba con una bolsa, seguramente de comida.

- Toma anda, para el viaje - me dijo suave alargando la mano con la bolsa.

- Gracias, cuídate por favor, y no cometas el error de ir a verme ahí, es muy peligroso, ¿vale?

- Vale cielo, llámame para lo que sea, aunque ya estoy mas tranquila, Nix está contigo y puede comunicarte con ella, no lo desaproveches por favor.

- Muy bien ... me voy abuela - le di un largo y fuerte abrazo, a punto de llorar. Me estaba despidiendo de la única familia que me queda y volvía otra vez al infierno.

-------------------------------------------------------------------

Tres días después ya estaba de vuelta, en mi cabaña arreglándome para salir, pues tenía que seguir yendo al local de Elisabeth por aquel trato sin sentido, aunque tenia mucha curiosidad por volver a verla. Después de nuestro último encuentro, que a cualquiera le parecería algo bonito y romántico, nos distanciamos otra vez y no intercambiamos ni una palabra desde entonces. Así que todo estaba como antes, y el hecho de ir a un local lleno de vampiros me disparaba la adrenalina por los aires.

Llegué al aparcamiento del local, aparqué y quité mi casco con lentitud, ya estaba volviendo a adoptar mi actitud de prepotente, estaba en territorio ajeno. Lentamente me dirigí a la entrada, donde el puerta me dejó pasar como todas las noches anteriores que había ido.