Muérdeme I

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[Capítulo editado 04/02/2021]




[Capítulo editado 04/02/2021]

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[Elisabeth]

— Para... — susurró Ana pero su voz estaba llena de dudas.
— Vamos Ana, puedo verlo en tus ojos, son de puro deseo, deseas que te haga, como mínimo lo mismo que a esa humana, deseas que te arranque la ropa aquí mismo, en esta asquerosa y pequeña cabina, aunque he de decir que pago bien a las de la limpieza y no lo hacen nada mal — pensé en voz alta — arrancarte la ropa, comerte esa boca, chuparte la lengua, tener el sabor de tu saliva en mi boca, saliva que si tu quieres puede ser veneno y joder, no sabes lo que me excita eso, sentir mis dedos —susurro acariciando su mejilla — mi mano...— bajé por su cuello hasta el hombro — mi respiración — susurro una vez más mientras  dejo besos húmedos en su cuello y sustituyo mis labios por mi respiración, sintiendo el escalofrío que recorre su cuerpo, como el aire escapa entre sus labios en pequeños jadeos — incluso deseas que te muerda, es más, deseas morderme a mi, ¿a que si?
— No digas tonterías, por qué iba a querer hacer algo así — intenta seguir  resistiéndose, menuda cría.
—¿No? — pregunto mientras me muerdo el labio hasta hacerlo sangrar. Sus ojos no tardan en prestar toda su atención ahí, y el rápido latir de su corazón empieza a marearme.
—No...— aparta su mirada un segundo para mirarme a los ojos, pero no tarda en volver a mis labios, donde mi lengua hace el trabajo de limpiarlos del liquido rojo, aunque una gota se escapa por mi barbilla, bajando por el cuello hasta perderse bajo mi camisa. No me molesté en detenerla.
Coloco mis manos a cada lado de su cabeza, y acerco mi cuello a su boca.
—Ana...—canturreo divertida, pegando más mi cuerpo al suyo.
—Por favor Elisabeth...
—Muérdeme.
—Elisabeth...
—Que me muerdas...— volví a repetirlo, esta vez más como una orden.
Durante unos segundos no pasó nada, pensé que realmente no haría nada, pero entonces sentí algo húmedo lamer el caminito de sangre en mi cuello, y como su olor se disparaba por pura excitación y me mareaba más aun si cabe.
—Bien, buena chica— susurré satisfecha ,llevando mi mano a su cabello y acariciándolo suavemente —Vamos, muérdeme — y al terminar de decirlo sentí sus dientes clavarse en mi cuello. Era más doloroso que el mordisco de un vampiro, todos los dientes de un lobo estaban afilados, pero había mas placer que dolor, incluso disfrutaba de ese dolor. Con mi mano en su cabeza la pegué más a mi, gimiendo, con mi sangre ahora fluyendo por su cuerpo, podía sentirla.
Se apartó de manera brusca de mi cuello, pero no de mi cuerpo, soltando un suspiro sonoro pero ahogado.
—Dios... — dijo apoyando su cabeza en la pared mientras seguía abrazándome.
—Dios no existe cariño, y si existe, tu y yo lo pasaremos muy bien en el infierno — me reí con ganas, para después acercarme y comerle la boca desesperadamente.

—Dios no existe cariño, y si existe, tu y yo lo pasaremos muy bien en el infierno — me reí con ganas, para después acercarme y comerle la boca desesperadamente

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