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Jung y Sun ya encontraban totalmente dormidos, en tanto tres adultos se encontraban en la sala de estar, bebiendo mientras comían pizza viendo alguna mala película. Nunca le prestaban demasiada atención, siendo una costumbre más que nada al querer tener algo de ruido de fondo.

Algunas botellas de soju y cerveza ya estaban totalmente vacías, lo que significaba que sus dos amigos se quedarían a dormir por obvias razones. Ni en broma los dejaría ir a altas horas de la noche, menos en el estado que ya se encontraban.

Hoseok ya se encontraba bastante colorado, cosa que no se explicaban sus amigos del porqué siempre le ocurría aquello. Es como si al instante de ingresar alcohol a su sistema enseguida su piel adquiría aquel color. Taehyung por el contrario se veía más relajado en su asiento, contando lo mucho que extraña en esos momentos al padre de su pequeño Junggie. Pronto sería el aniversario de su muerte y ambos amigos entendían que seguramente era difícil para el castaño aún volver a revivir viejos recuerdos.

Jimin ya había creído que se había salvado del inminente interrogatorio de sus amigos, cuando el tema repentinamente es sacado a la luz.

—   ¡Vamos! ¡Dinos como es él! — Pide Taehyung animadamente, cruzándose de piernas para estar más cómodo para escuchar al rubio de encendidas mejillas. — Lo único que nos has contado es de cómo hace mil años.

—   ¿Sun...— Murmura Hoseok bajando un poco la voz, poniendo su mano derecha cerca de su voz para que solamente ellos lo escuchen en caso de que aparezca la niña. —...no sabe que es su padre?

—     Nop...— Suspira Jimin llevándose a la boca una papita, de esas sabor jamón que tanto le gustan y sus amigos siempre traían. — Aún no sé cómo decirle a Yoongi la verdad...Siento que él me odiará y no lo culparía por hacerlo. Le oculte la existencia de Sun y nunca más le volví a hablar cuando terminamos...— Levanta la vista hacia los atentos ojos que lo observan, sonriendo de una forma bastante forzada al no querer demostrar lo mucho que le duele y se arrepiente de algunos de sus actos. —  ¿Soy una mala persona, no...?

Hoseok y Taehyung se dan una sola mirada para lanzarse hasta el entristecido rubio, que seca las rebeldes lágrimas que se han escapado de sus ojos. El pelinaranja lo envuelve con todo el cuerpo, mientras el castaño está colgado a su cuello intentando hacerlo reír al saber que es bastante cosquilloso en esa zona. Logran sacarle una carcajada tras varios intento punzando sus costillas y tocándolo por todas partes, disipando los malos pensamientos de su mente con éxito.

A ninguno de ellos le gustaba ver triste a Jimin. Menos cuando había luchado tanto por su hija, sabiendo que había tomado una decisión realmente importante a muy joven edad. Nadie tendría la misma valentía que él para hacer lo que hizo. Nadie dejaría ir a quien ama.

—   Creo que es momento de que pasemos a buscar videos graciosos en internet. — Sugiere Taehyung, volviendo a su lugar en el sofá del rubio. — ¡Pido videos gatitos!

—   ¿Por qué siempre terminamos viendo videos de animales? — Se ríe Hoseok a su lado, mirándolo fijamente con la mirada iluminada.

—   Porqué los animales hacen al mundo feliz. — Contesta simplemente, haciendo un tierno aegyo que provoca que el pelinaranja haga como si algo le hubiera atravesado el corazón.

Jimin no dice nada al respecto y va por el control del televisor, para meterse a la página de internet y buscar los videos que el castaño quería ver. Escucha como pelean Taehyung y Hoseok, ocultando su enorme sonrisa al ver lo ciegos que son.

Desde hace tiempo ya sabía que el joven profesor de su hija, tenía sus ojos puestos en el castaño. Y graciosamente, lo mismo pasaba con el diseñador de moda.

Secret | YM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora