CRYSTAL CASTLE | Jimin.

Six.

――Entonces...¿En cada una de esas puertas había un chico? Lo que significa... ¿Hay 6 más?

――Así es.

――¿Y todos son mágicos como tú?

――Claro.

――¿Son tus amigos?

――Como mis hermanos. Todos crecimos juntos aquí.

――Eso es muy lindo, pero... Si están encerrados, no significa que ¿Están en las mismas condiciones que tú? ¡Tenemos que ir a ayudarlos!

Jimin ríe por lo rápido que se ha puesto de pie Erin al oir lo que él contó. ――No podemos. A ellos debe rescatarlos alguien más, aunque... En realidad ya están por ahí.

――¿Y puedo conocerlos?

――Depende, ¿Deseas que me ponga celoso? ――Las mejillas de Erin se pusieron coloradas y con timidez negó. ――Pero por favor, cuando estés aquí, háblame de ti.

――Parte de conocerse es que ambas personas hablen.

――Lo sé. Solo que tú eres más interesante que yo y quiero escucharte a ti.

――Pues... Jun y Minhyuk han intentado hablar conmigo, pero yo no sé si quiero hablar, seguramente dirán excusas y no quiero eso.

――Es lo mejor, las personas mentirosas, no hacen bien a tu vida.

――Pero al menos se siente bien tener un amigo ahora. Somos amigos, ¿Verdad?

――Puedo ser tu mascota, tu amigo, tu novio, lo que tu me permitas y quieras que yo sea, lo seré

――¡Amigos está bien!
Se apresuró a decir.

El sonido de un lindo maullido, se escucho, un minino saliendo de la laguna, ronroneo cerca de Jimin hasta que se echo mostrando su barriga para que este lo acariciara.

――¡Es un gatito calico!
Erin gritó emocionada.

――Es mi gata, ¿Te gusta?

――¡Es tan regordeta y suave!

――Vamos, Rinrin, ve con mamá.—le guió hasta ella.
――Debo aprovechar que tengo una figura femenina a mi lado, así podrá tener una mami y no solo a su solitario padre.—sonrió explicando el porque dijo lo que dijo.

――Y si tienes amigos...¿Por qué la mayor parte del tiempo estás solo?
Cada que iba de visita, a los alrededores jamás se veía alguna otra persona, a decir verdad, Rinrin, la minina, era el segundo ser viviente que veía habitar ese mundo.

――Por estos rumbos casi nadie viene.

――Mencionaste que tu no eras el príncipe...¿Pero sí hay uno? Dijiste que es un Reino.

――Sí, hay alguien a cargo. Una reina. Pero...no importa, cambiemos de tema. ――Se sacudió la ropa. ――No es justo que vengas en horas de clase.——regañó.――Tienes que ser cuidadosa con tus notas.

――¡Tenía hora libre! Y quería verte.
Con la punta de su por hizo círculos en el césped, un tanto tímida.

――Regresa a la escuela, y en la noche ven a visitarme. Es más cómodo cuando tenemos más tiempo para compartir. ¿O no?
――Jimin peino el cabello de Erin, levantandolo todo en una colera. ――—Tu cabello es suave, como tus manos. Espero verte en la noche, tengo que enseñarte algo.
Repitió lo que habitualmente hace cada que se despide de ella, dejó un beso en sus manos y el resplandor del cristal la regresó al depósito deportivo de la escuela.