――Dame un poco de tiempo o termina con esto.
Jugaremos al escondite para darle la vuelta a esto.――Jimin canturreo.Escondida detrás de unos arbustos yacía una chica con un lindo vestido blanco y una corona de flores brillantes que cubría su boca con sus manos, evitando que el sonido de su risa se escapara.
Levantó su vista para ver lejos la silueta de aquel que la buscaba. Viéndolo apartado, se levantó corriendo, entre los árboles, riendo.Estaba a punto de cantar victoria cuando unos brazos la inmovilizaron, sosteniéndola de la cintura, atrayéndola como imán a él. ——Eso fue trampa, eres más rápido que yo.
――Erin quejó.Jimin se encogió de hombros y juntó sus frentes.——Y soy aún más rápido cuando algo me gusta.
Sonrió de forma tímida para él.
――Me gusta tu aroma.—–Me gusta que te guste.
Ella negó apartándose de él y saltando al lago para darse un chapuzón.
Le quedo mirando desde arriba, verla sonreír hacía que él tuviese diferente perspectiva.¿Y si le explicaba todo? ¿Y si escapaban juntos? ¿De verdad podría protegerla de su destino?
Si no era él, sería alguien más y no sabía qué era peor.
Luchó contra él mismo, queriendo no volver a ella, pero apenas pasaron dos días, su corazón ya pedía verla y oírla decir su nombre mientras subía las escaleras del Castillo le hizo perder cualquier gota de cordura que tenía.Se sumergió en el agua cristalina, la corona de flores flotaba sola.
Respiro agradable el aroma del lugar levantando sus brazos. Juraba, por lo más sagrado, que era como un lienzo pintado a la perfección, que su mundo de verdad se veía más vibrante con su sola presencia, que su risa hacia felices a los ruiseñores y que nadie podía compararse con su bondad.
¿Cuando se perdió tanto en ella? Cayó tan bajo, tan atrapado en su mentira. Usando una máscara todo ese tiempo.
——¿Te sucede algo?——No notó cuando salió del lago y se recargo en la orilla. Gotas resbalaban de su rostro, ¿Qué no era él quien venía de otro mundo? ¿No debía ser él quien se viera irreal?
——Solo pensaba en ti.
——¿Ah, sí?—necesitaba ayuda para subir a su lado y Jimin bajó unas nubes que se encargaron de subirla, y dejarla con suavidad a su lado.
——Muchas gracias, que caballero.
―― Por ti, lo que sea.
Erin suspiro calmada. ――Amo este lugar, todo es tan tranquilo, tan pacífico y silencioso. Escuchó a las aves cantar, puedo escuchar incluso cuando las mariposas frotan sus alas, esto es...Muy espléndido en todo sentido de la palabra. Y no puedo evitar no pensar que parte de lo que representa para mi es que es verdad, es un lugar que necesitaba mucho.
――Pero no es la gran cosa. ――Jimin fingió desinterés. No quería hablar de ello.
――¿Cómo que no? Todo aquí es mejor y perfecto.
–¿Y por qué no te quedas?
–Sí, hazlo.
–Quédate.――¿Mmm...?——Preguntó a las luciérnagas que hicieron presencia en el lugar, más no le dio tiempo de escuchar más. La tomó del brazo, apartándola de ahí.――¿Qué han dicho?
——–Tonterías.
No importa, no dijeron nada útil.Dirigiéndose al castillo, caminaron tomados de la mano, subieron las escaleras, donde Jimin tenía listo otro atuendo para su princesa.
――¿Te gusta ese color amarillo? Puedo cambiarlo...
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CRYSTAL CASTLE | Jimin.
أدب الهواة"El mundo ideal con el que tanto sueñas tiene un costo." Prohibida su adaptación sin consentimiento del autor. Obra original y terminada. Primera parte de una serie de dos libros.