CRYSTAL CASTLE | Jimin.

Sixteen.

No creyó que funcionaría al principio, tardo en hacer efecto, pero cuando abrió los ojos luego de unos minutos, estaba en aquel árbol grande en el que solía pasar tiempo con Jimin.
El lugar estaba irreconocible, que si no fuera porque ella estuvo ahí antes, pensaría que se trataba de un cementerio.
El roble que estaba cerca suyo, estaba seco. Las flores, marchitas. El ambiente, se sentía hasta tétrico. Como salido de una película de terror. 

Dio un paso para percatarse que su pie tocó algo, rápidamente deshizo su acción, mirando a un pajarito tirado, en el pasto seco, lastimado de una ala e intentando volar.
Lo recogió del suelo, con ambas manos.――Estás muy frío.――Intentó calentarlo pero la pequeña ave solo soportó darle una mirada antes de cerrar sus ojos y morir.
Erin tenía los ojos llorosos, ¿Qué fue lo que pasó? Un maullido la hizo dejar al canario, cerca de las ramas del árbol para correr hacia la entrada del castillo. 
――¿Rin-Rin?――Habló viendo a un minino con mirada triste y delgado.――¿Qué te...? ¿Qué pasó? ¿Dónde está...? ¿Dónde está Jimin?――Su pelaje estaba seco, a comparación de lo tercio que estaba antes. Intenta ronronear, dándole afecto a Erin. ――¿Dónde está él?――La gata la observó primero, para después caminar adelante de ella hacia el interior del Castillo, que al igual que el resto del lugar, se ve desgastado y oscuro. 

――Miau.――Subió las escaleras casi corriendo, Erin intentó seguirle el paso, pero uno de las escalones cae, haciendo que la gata se lastime y chille.

――¡Rinrin!――La sostiene en su regazo, viéndola jadear. ――Seguiré por mi cuenta, quédate aquí. Iré a buscar a Jimin, él seguro sabe cómo curarte. 
Dio un beso, en respuesta, recibe un toque de su nariz en la mejilla.

La poca luz del lugar no ayudaba a descifrar en que dirección debía ir.  ¿Derecha o Izquierda? Se decidió por la derecha pero la sujetaron de la cintura, cubriéndole la boca y metiéndola a una habitación. 
――Eres mala cumpliendo promesas. ――Dijo.――¿Cómo llegaste aquí?――Preguntó soltándola, necesitaba respirar. Curioso la observó con atención.

――El cristal...――Jadeo un poco.

――No, es imposible... Pero, ¿Qué haces aquí? Él te dijo que no volvieras.

――¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué se ve todo tan mal? ¿Dónde está él?

――Vienes aquí después de meses, exigiendo respuestas de un mundo al que ni siquiera perteneces. Que absurdo.――Buscó en sus bolsillos.――Si el cristal aún te funciona, úsalo para algo bueno y vuelve a tu mundo.

――No.

――O puedes quedarte, pero si te matan no será problema mío. Él quiso evitarte todo el sufrimiento y es algo indignante que decidas volver, haciendo caso omiso a lo que él sacrifico por ti.

――¿Y tu crees que yo quería volver a un mundo que me estaba drenando?――Él guardó silencio.――¿Dónde está Jimin? Solo vine a verlo, además Rinrin está lastimada...

――A veces olvidó lo tercos que son ustedes los humanos.
Eso no ayuda en nada, ni resuelva la incógnita, por eso al ver que Erin mantiene su postura firme aunque puede oler lo atemorizada que estaba, el rubio habló. ――Aunque quisiera, yo tampoco sé dónde está.

――¿Cómo que no lo sabes? ¿Qué no eres su amigo?

――Eso también creí yo. Hasta que me mintió y se puso en peligro.
Como sea, ya te he advertido. Aquí ya no hay nada para ti. Deberías irte antes de que alguien más se de cuenta de que estás aquí.
――Camino hacia la puerta pero ella llegó primero, extendiendo sus brazos e impidiendo el paso.

――No, yo... Tengo muchas preguntas.

――¿Y quién dice que te ayudaré a responderlas?

――Porque eres como él. De querer hacerme daño, no me hubieras ocultado aquí. ――Traga con dificultad. De verdad estaba usando toda la valentía con la que contaba. ――Ayudame.