En multimedia Blake
—¿Quien eres tu?! —grita el sorprendido chico mientras envuelve con una toalla la zona de la cadera para abajo.
—Y...yo... —cubro mis ojos con mi mano para evitar seguir mirándolo en esa situación. —Emily.
—Ah, tu eres esa chica. —su cambio repentino de actitud casi asusta, pasa de asustado a tomarlo como algo normal.
—Si supongo. —no veo nada, pero creo que se está acercando porque escucho sus pasos mojados más cerca.
—Oye... —baja despacio mi mano para obligarme a verlo a esos verdes ojos. —No tienes que taparte, no soy un depravado. —me regala una sonrisa ladina, no es momento ni el lugar para mencionarlo, pero es un chico demasiado guapo.
Claro que si fuera otras las circunstancias me centraría en eso, pero todo esto empeora cuando dos golpes en mi puerta seguido de unos pasos se escuchan.—Oh mi di... —el rubio cubre mi boca y con su otro brazo me aparta de la puerta para cerrarla. Abro mis ojos por tal acto y más cuando noto la poca distancia entre los dos.
—Es mi mamá, no le digas que estoy aquí. —de seguro está en un aprieto. Está tan mojado que la ropa que llevo puesta paga el precio.
—¿Emily? Te traje algo de comer. —dice Nicole del otro lado de la puerta.
—Dile que la deje en la cama. —dudo unos segundos antes de obedecerlo.
—Gracias Nicole. ¿Puedes dejarlo sobre la cama? —el sonríe y de verdad voy a tener que apartarme si sigue estando tan cerca.
—Bien linda. Nos vemos al rato. —se vuelve a escuchar la puerta e involuntariamente los dos soltamos una bocanada de aire que (por lo menos yo) no sabía que retenía.
Ahora creo que él es quien se acaba de percatar el casi inexistente espacio entre su cara y la mía. Mirá mis ojos y labios repetidas veces para luego moverse y liberar mi nervioso cuerpo.
—Lamento esto, la ducha de mi cuarto no funciona. Y no sabía que ya ibas a venir. —asiento con todo el entendimiento que está extraña escena me permite.
—Está bien. Solo, usa otra ducha que no esté ocupada. —de alguna forma ya lo tomo con naturalidad, después de todo ya nada me sorprende de estar hablando con un chico semi-desnudo en el baño.
—Trataré, pero no te aseguro nada. —otro cambio repentino de normal a coqueto en solo dos centésimas de segundos.
—Ya te puedes ir. —le señaló la puerta.
—¿Quieres que salgo así? —tiene un punto.
—Oh, yo voy a... —dejo esa frase en el aire para salir del baño y sentarme sobre la cama.
Varios minutos después la puerta se abre con él vestido y con el cabello todavía mojado.
—Por cierto, soy Blake. —me guiña un ojo y se marcha sin más.
Eso fue raro, y riesgoso al mismo tiempo. Pero como dije, las circunstancias son otras....
Dormí una larga siesta y bajé cuando la señora Nicole me llamó. Ahora me encuentro con ella en la cocina.
—¿Estabas durmiendo? Te desperté ¿verdad?
—No tranquila. Ya estaba despierta. —para ser las cinco de la tarde ya tenía que despertar.
—Mis hijos llegaron, y quería presentartelos. —usa un tono dulce y relajado, eso ayuda a que no esté tan incómoda.
Sujeta mis hombros y me guía cuan niña pequeña hasta la sala.
Blake, un chico y una chica están sentados. Voltean a verme seguido de ponerse de pie.
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Emily Mars
RomanceEmily Mars, a sus 20 años despierta en Los Ángeles, sin algún recuerdo de su identidad o de cómo llegó ahí. Con ayuda de un reducido círculo de personas trata de recordar quien es o fue "Emily Mars" y tal vez conozca el amor en compañía de un alocad...