Wow Elizabeth!

3.3K 198 75
                                    

Mi conciencia estaba nublada...

Rápidamente me desice del vestido dejandolo resbalar por mi cuerpo, y caminó rápidamente hasta el que esta a punto de abrir la puerta, enrolló mis brazos en su cuello por su espalda, dejando mis labios cerca de su nuca.

-Elizabeth....no vas a ir aba..-se volteó y se detuvo al verme su mirada se desvió de mi rostro a mis pechos descubiertos.-Que estas...-

No lo deje terminar lo tomé por el cuello de la camisa y lo obligué a besarme, mis senos desnudos rozaban su pecho causando un cosquilleo que terminó con un gemido de mi parte.

El trató de separarse pero jalé mas fuerte su camisa y empecé a retroceder chocando finalmente con la cama lo que me desequilibró y me hizo caer acostada en esta no sin antes traerlo a el conmigo. El me miraba atónito, pero no decía nada. Abrí mis piernas y lo acomodé enmedio de estas con una gracia que no pense que tenía. Su mirada se desvió a mi cuello por un instante y luego cerró los ojos fuertemente.

-Muerdeme...-susurre el abrió los ojos y me miró sorprendido.

-Q...que?-dijo y casi fue exitante escucharlo tartamudear.

-Hazlo...-dije y no lo dejé pensarlo tome su cabeza por los lados y lo acerque a mi cuello, por unos instantes lo sentí tenso como si tuviera miedo de hacerlo, pero su cuerpo se relajó cuando empecé a desabotonar su camisa.

-recuerda que tu lo pediste!-dijo.

Sentí sus labios contra mi cuello y envés de morderme empezó a besarlo, una y otra vez con besos humedos sentía su lengua aterciopelada acariciarlo hasta el punto de hacerme soltar exclamaciónes, cuando logré desabotonar toda su camisa, su marcado torso quedo a la vista y no dude en empezar a pasar mis manos por este, cuando lo sentí con un pinchazo de dolor en mi cuello cuando el empezó a succionar de este mi sangre, había algo mal no me dolía ya no como las demás veces de hecho....se siente bien? No debería sentirse así, tal vez ya me acostumbré, o talvez estoy demasiado ebria para sentir dolor pero maldición eso me exitaba en cierto sentido. Tanto que hasta comencé a gemir en voz alta, el ahora se aferraba a mis caderas con fuerza mientras chupaba mi sangre podía sentir su lengua pasar por ahí una vez sus labios abandonaron mi cuello pasaron inmediatamente a mi pecho donde empezó a bajar lentamente hasta llegar al boton roja de uno de estos y enpezar a chuparlo causando en mi un mar de sensaciones, su lengua lo enrollaba y lo moldeaba mientras su mano se movió hasta mi otro pecho y empezó a amasarlo.

Mis manos que ahora se enredaban en su cabello, se encargaban de alentarlo a seguir con sus actos, e instintivamente mi espalda se arqueó ofreciéndome aún mas a el. Que finalizó el trabajo con su boca en mi pecho con una última y sensual lamida que estiró hasta mi cuello donde brinco a mis labios atrapando mis gemidos en un beso que no pense era capaz de dar, su lengua se adentró traviesamente en mi boca explorando cada rincón de esta.

Mientras sus manos no se decidían si quedarse en mis tetas o en mi trasero, en un acto de osadía una de ellas se coló debajo de mis bragas haciendome dar un suspiro de la impresión lo sentí sonreír contra mi boca, mientras sus dedos empezaron a explorar los pliegues de mi feminidad con un contro absoluto que me volvía loca de placer.

El dejó mis labios para empezar a repartir besos en mi mejilla, cuello y la comisura de mis labios.

-Melio..das!-gimo su nombre y el de un rápido movimiento desgarra mi ropa interior y confirmó las acusaciones de los demás cuando no siento ni un gramo de vergüenza en mis siguientes actos.

El desliza las pantimedias por mis piernas con una increíble gracia y yo estiró mis manos hacia su camisa desabotonada donde empiezo a jalarla para quitársela el entiende el mensaje y termina de hacerlo por mi luego mis manos se nueven hasta la hebilla de su cinturón y desesperada y torpemente trato de safarlo cuando lo logro paso mis manos por su espalda y lo acerco a mi para volverlo a abrazar al tiempo que mis manos acarician su espalda y mis piernas se mueven despojandolo de su pantalón, mientras sus mnos acarician cada centímetro de mi cuerpo llevandome a un indescriptible placer, que no creo que alguien más pueda hacerme sentir en mi vida.

Tu sangre...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora