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Me encontraba en la habitación esperando a que Hoseok se dignara a aparecer, hace unos minutos me había enviado un mensaje diciendo que vendría por mi para pasar la tarde juntos, pero no había llegado aun y ya me estaba impacientando.

Seguro que se había entretenido en algo más y se había olvidado de mi. Como siempre, al parecer todos se olvidaban rápido de mi.

— Hey girl I am here! — lo vi entrar por la puerta con su hermosa sonrisa y mi corazón se disparó, ¿qué está pasándome? Creo que voy a tener que decirle al médico que me revise — I am your hope.

— ¿Tú eres mi esperanza? — fruncí el ceño.

— Yes — se sentó en el borde de la cama y tomó mis manos — Soy tu bella esperanza, estaré para ti siempre. Lo prometo.

Dirigió sus ojos a los míos y no dejó de mirarme por unos largos segundos. Mi respiración se volvió dificultosa y mi corazón volvió a agitarse como loco ¡Ya para! No quiero sentir esto, no puedo hacerlo.

— ¿JaeMi? ¿Estás bien? — me hizo señas con sus manos — ¿Te sientes mal? — tomó mi rostro con sus manos y pegó sus labios a mi frente.

— ¿¡Qué haces!? — lo aparté de un empujón.

Se quejó como un niño pequeño y luego habló.

— Solo estaba viendo si tenías fiebre — explicó con un puchero — No tenías que golpearme.

— No te golpeé, además, ¿quién en este mundo comprueba la fiebre así? Siempre he visto que usan las manos no los labios.

— J-Hope.

— ¿Eh?

— Que en este mundo, solo J-Hope comprueba la fiebre así — rió.

— Tonto.

Los dos reímos y nos quedamos un rato en silencio, un silencio bastante inquietante, pero como era de esperarse no duró mucho. Ya saben quién lo rompió, ¿verdad?

— ¡Ah! Lo había olvidado — me miró con los ojos muy abiertos y una expresión de felicidad. Sonreí al igual que él — Me dan el alta pasado mañana.

¿Es malo no sentir verdadera felicidad por eso? Si, realmente está demasiado mal de mi parte, debería estar feliz por él. Pero, ¿por qué siento como si hubiera un vacío en mi corazón cuando pienso en que nunca más lo volveré a ver?

— Es, eso es muy bueno — le sonreí — Me alegra que ya vayas a salir, eso quiere decir que estás bien y que no tendrás que regresar.

— Sí, es bueno — dijo — Es bueno ya estar bien, pero claro que tengo que regresar.

— ¿Mm? — alcé mis cejas — ¿Por qué? ¿Pasó algo?

Se acercó más hasta pegarse a mi rostro, yo abrí mucho mis ojos y apreté mis labios al verlo tan cerca de mi. Es tan lindo, me encanta su rostro, su nariz, sus ojos, sus perfectos dientes. Sus rosados labios, son más lindos que los de cualquier persona.

— Ajá — asintió — Pasó algo muy grave. Me enamoré.

— ¿Te enamoraste? — asintió — ¿De...?

La puerta fue abierta de repente y ambos miramos a la misma vez en esa dirección. Vi a una castaña sonriente asomarse por esta.

— Unnie... — susurré.

— Estoy aquí — se acercó.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al verla, estaba tan linda y resplandeciente. Ella estaba bien, se había recuperado por completo y ahora será muy feliz, merece serlo.

— ¿Por qué estás llorando? Me harás llorar a mi también — hizo un tierno puchero y me abrazó.

Sus brazos me acurrucaron con gran dulzura. Unnie, te quiero mucho. Por favor, sé feliz.

Nos separamos y cuando nos dimos cuenta de nuevo que había otra persona en la habitación miramos a Hoseok, él portaba esa sonrisa tan hermosa y nos miraba con atención.

— ¿Quién es él? — lo señaló. Sí, debe parecerle raro.

— ¡Hoseok! — se presentó él sólo, como siempre — Mucho gusto — extendió su mamo — Soy amigo de JaeMi, tu también, ¿verdad? Parece que no se han visto en un tiempo, las voy a dejar solas para que hablen — se levantó — Después te vengo a buscar.

Dijo y salió por la puerta, yo me le quedé viendo y luego giré mi vista hacia SoAh Unnie, me estaba mirando con las cejas alzadas.

— ¿Qué? ¿Por qué me miras así?

— Así que tu amigo... — canturreó — ¿Ya lo sabe, ya lo sabes?

— ¿A qué te refieres? — pregunté.

— Le gustas, te gusta — abrí mucho los ojos al oírla y negué con la cabeza rápidamente.

— ¡Claro que no! ¡No me gusta, no le gusto! Solo somos amigos — me defendí — Además él se irá pronto y yo me quedaré aquí, ni siquiera sé si podré salir.

Volvió a abrazarme y reposé mi cabeza en su hombro. Unnie, de verdad quiero salir de aquí, ¿crees que pueda hacerlo?

— Vas a salir de aquí — acarició mi cabello — Eres fuerte y te vas a poner bien, tal y como yo lo hice. Tal y como Sofi lo hizo.

— La extraño — dije y una lágrima recorrió mi mejilla — Te extrañe también.

Se separó de mi y me volvió a sonríer.

— Ella vendrá pronto, me dijo que quiere darte una sorpresa. Temía que pensaras que ella te había olvidado, pero no es así. Es solo que quiere presentarse ante ti completamente bien, para darte fuerzas, para que no estés triste.

Sonreí.

Hace mucho tiempo había perdido las esperanzas de volver a estar bien, ya no me importaba si mejoraba o no. Solo quería que llegara el fin pero...

Unnie, ahora quiero vivir. Quiero poder ver a esa persona sonreír siempre.

 Quiero poder ver a esa persona sonreír siempre

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SMILE; JHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora