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Hoseok me iba a besar ¡Que nervios! Pensé que iba a perder el corazón de nada mas imaginar sus labios, comenzamos a "salir" desde que él solito me proclamó su novia y lo digo así entre plecas por esa misma razón.

Reí, ese chico es demasiado lindo y lo quiero mucho, ¿por qué lo quiero tanto? Esa sonrisa, esa mirada, esa voz. Todo de él es tan genial para mi.

Lo miré nuevamente y reí, no puedo creer que se haya desmayado por un poco de sangre. Ahora la enfermera lo está revisando, pero ya todos sabemos cuál fue la razón de su desmayo.

— Listo, puedes levantarte cuando no te sientas mareado — le dijo ella y él asintió.

La chica salió y yo me le quedé observando a mi novio. Wao... mi novio, ya sé por qué le gusta decirlo tanto, se siente muy, muy bien.

— Antes de que digas nada, fue porque me atrapó desprevenido. La sangre no me gusta mucho pero no es que me vaya desmayando cada vez que la vea — se explicó apenado y yo solo sonreí.

— Está bien si no te gusta, no pasa nada. No me voy a burlar de ti solo porque te desmayas cuando ves sangre...

— ¡Que no me desmayo cada vez que la veo! — hizo puchero — Ven aquí — me extendió su mano y me atrajo hacia él cuando la tomé. Hizo que me sentara sobre la cama junto a él y descansó su cabeza en mi hombro — Me siento mareado — lloriqueó y jugó con mis dedos — Te quiero mucho, ¿lo sabes?

— Lo sé.

(...)

Estoy soñando, solo debe ser eso. Porque si no fuera así, de ninguna manera podría estar escuchando esas palabras del Doctor.

— Usted, ¿está seguro de eso? — pregunta mi padre quién ha venido a visitarme después de un largo tiempo.

— Por supuesto — dice, y continúa — La he mantenido aquí este último mes para ver como iba progresando después de que el tumor haya desaparecido.

Abrí mis ojos de repente y la luz de la ventana me dejó completamente cegada en los primeros segundos y mis ojos picaron al sentir la brisa que provenía de afuera.

¿Escuché bien? Él habia dicho que el tumor habia desaparecido, ¿es cierto?

Traté de levantarme un poco para sentarme en la cama, ellos me notaron y rápido sentí las manos de mi mamá sobre las mías.

— JaeMi querida, lo has logrado — me abrazó y comenzó a llorar.

Alcé mi vista y vi a mi padre con una sonrisa en los labios y sus ojos cristalizados, no llores papá, estoy bien. Se acercó y me abrazó.

— ¡Hola, buenos días Jae...! — sus ojos se abrieron de par en par y al instante hizo una gran reverencia — Lo siento — susurró.

— Está bien Hoseok, que bueno que hayas llegado, así le haces compañía a JaeMi mientras yo hablo con sus padres — habló el Doctor y salió siendo seguido por mis progenitores.

Mis ojos se encontraron con los suyos luego de que todos salieron.

¿He dicho que soy feliz tan solo con ver esa sonrisa?

No puedo creer lo que estoy sintiendo, es como si el vacío hubiera sido llenado tan solo con su parecencia. Y ahora... no es necesario tener miedo de nada. Porque mi sueño se habia hecho realidad.

Se acercó a mi dando leves zancadas mientras traía cara de preguntarse algo, ¿que quieres saber Hoseok?

— ¿Ese Señor era tu papá? — al fin preguntó y fruncí el ceño.

— Sí.

— Ah — asintió con la cabeza y luego volvió a sonreírme — Me agrada, tengo un suegro muy guay.

¿Debería decirle que estoy bien? ¿Debería decirle que me bese? Aún no hemos tenido nuestro primer beso, digo. Si me ha besado, pero en la mejilla o en la frente. Creo que me está dando tiempo.

— Creo que debería presentarme, ¿le has contado de mi? ¿Le caeré bien? ¿Y si no le caigo bien? ¡No, debo caerle bien! — seguía hablando solo mientras yo solo lo observaba.

Mis ojos estaban desbordados en lágrimas al imaginar todo lo que tenia por delante, las cosas que podría hacer junto a él. Lo felices que podíamos ser juntos.

— ¿JaeMi, qué pasa? — puso su mano en mi rostro y limpió mis lágrimas.

— Abrázame — pedí, y al instante fui rodeada por sus brazos y sentí los latidos de su corazón cuando mi rostro quedó en su pecho. Cerré mis ojos — Estoy bien Hoseok, lo he logrado. Voy a salir de aquí.

— ¿Qué? — preguntó y me tomó de los hombros para mirarme a los ojos, le sonreí y por sus mejillas corrieron lágrimas — ¿De... de verdad? — sollozó y me volvió a abrazar — No lo puedo creer, ¿es real?

— Sí, es real.

Nuestras miradas se mantuvieron conectadas hasta que la de él viajó hasta mis labios y ahí la dejó. Con su mano acarició la comisura de estos y cerré los ojos al sentir su tacto.

En unos segundos, sentí sus húmedos labios sobre los míos. Me estaba besando por primera vez y mi corazón quería salirse de la emoción. Sus brazos me abrazaron y movió delicadamente sus labios sobre los míos, dándome una agradable sensación. Llevé mis manos a su espalda y allí las dejé, abrí un poco mis labios y lo besé. Sus labios me encantaban. Los amaba y lo amaba a él.

 Los amaba y lo amaba a él

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SMILE; JHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora