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— La verdad ni tanto miedo dio — dijo recostado en el banco aun con la cara roja como un tomate.

— ¿A no? — reí por lo bajo. Estaba aterrorizado allá arriba.

— No — se levantó — Vamos a comer algo, tengo hambre. Aunque creo que lo voy a vomitar todo.

Me tomó de la mano y caminamos juntos.

Fue sin duda, el día mas divertido y feliz de mi vida. A pesar de estar muy asustado Hoseok fue valiente por mi y eso nunca lo voy a olvidar.

La noche llegó y decidimos volver a casa, mi mamá nos había llamado diciendo que había preparado una cena especial.

— ¿Mamá? — la llamé al llegar. No la vi en la cocina ni a mi padre frente a la televisión — Parece que no están — me volteé y vi a Hobi con una sonrisa.

Se acercó para besarme, sus brazos acariciaron mi espalda.

— Nos dejaron la cena y salieron, dicen que no querían estorbar en nuestra primera cita, y como solo te gusta la comida de tu mamá...

Así que todo había sido un plan de ellos. Reí.

Nos dirigimos a la mesa y nos sentamos, mi mamá había preparado muchas cosas deliciosas. A decir verdad, mi comida preferida.

Hoseok apagó las luces y encendió las velas que estaban sobre la mesa, el ambiente se hizo muy romántico.

— Es muy lindo — sonreí mirándolo a los ojos.

— Si... es que, estando juntos. Todo es perfecto.

Creo que voy a morir de la felicidad, al ver su sonrisa mi mundo entero revoluciona. Es que, como dice, estando juntos todo es tan perfecto, tan bueno.

Amo a Hoseok, y amo mi vida junto a él. Soy tan feliz de la oportunidad que estoy teniendo ahora. Quiero que no acabe, quiero ser feliz para siempre.

Comimos y luego nos pusimos a ver una peli. Nada de terror porque Hobi se me asusta.

— ¿Crees que se quede juntos? — me preguntó.

Pensé por un momento y me alcé de hombros.

— No lo sé... su situación es bastante difícil. Ella se va, pero no porque quiere sino porque así debe hacerlo... estoy segura de que si fuera por ella se quedara con él... para siempre.

— ¿Te quedarás conmigo para siempre? — sus ojos se dirigieron a los míos y me observó fijamente.

— Mm, no sé – bromeé.

— ¿No sabes? — comenzó a hacerme cosquillas — ¿Como que no sabes? — me acostó en el sofá y se puso sobre mi — Tú... estarás conmigo para siempre... — asentí, sonreímos y acercó sus labios a los míos para besarme.

Yo lo recibí con amor y lo abracé con fuerza, mi corazón se derritió en sus manos. Solo con sus besos, con su presencia me hace delirar.

— Te amo — susurré en sus labios — Para siempre...

(...)

Me desperté por escuchar ruidos provenientes de la planta de abajo ¿Que hace mi papá con un martillo a estas horas? Miré el reloj de la pared, 8:00am, ¿se habrá roto algo? Me levanté y sentí una pequeña opresión en mi pecho, tuve que agarrarme de la pared y esperar a que pasara.

¿Que fue eso?

Respiré hondo y entré al baño para ducharme, luego bajé y me encontré con mi novio debajo de la mesa martillando las patas de ésta, giré mi rostro y vi a mi padre viendo y diciéndole como se debía hacer. 

— Listo — dijo y salió — Como nueva, ya no se aflojarán más — alzó sus cejas. Cuando me vio sonrió.

Se acercó a mi para abrazarme.

— Este niño, ¿adonde vas sin recoger todo esto? — Hoseok hizo puchero y volvió a su lado para recoger la caja de herramientas.

Yo lo observé riendo, mi padre lo pone a hacer cosas de vez en cuando para molestarlo.

— Buenos días Jae — apareció mi mamá con un plato de galletas — ¿Como amaneciste?

— Bien...

Y no pude decir nada más, el dolor en el pecho y la falta de aire volvió. Ésta vez tan fuerte que caí al suelo, mis lágrimas cayeron del dolor y no poder respirar.

Los brazos de Hoseok me levantaron del suelo... eso fue lo último que sentí...

 eso fue lo último que sentí

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SMILE; JHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora