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Tengo miedo de que esa bella sonrisa se convierta en lágrimas.

Y eso es exactamente lo que logré, mi miedo se volvió realidad. Una triste y dolorosa realidad que me está matando por dentro.

Pero, ¿que podía hacer?

¿Acaso estaría bien de mi parte aceptarlo y seguir ocultando el hecho de que tal vez, un mañana sea tan solo un sueño inalcanzable para mi?

Y deseo con todas mis fuerzas que ese sueño se convierta en mi realidad, porque anhelo poder vivir para estar junto a él y poder decirle: yo también deseo que me beses.

— Tú... — sus sollozos son incapaces de dejarlo hablar. Está cabizbajo mientras trata de calmar su llanto y yo estoy frente a él, incapaz de llegar a su lado y decirle: lo siento.

Porque verdaderamente lo siento. Siento que sus lágrimas y dolor sean por mi causa, que su resplandor haya sido ocultado por mi oscuridad.

No estoy llorando porque vaya a morir, estoy llorando porque sé que eso le va a hacer daño, a él. A mi ángel.

Me levanté de su lado con algo de trabajo porque el malestar habia vuelto a mi, mis piernas parecían no poder sostener mi cuerpo y me faltaba el aire. Le di la espalda y comencé a caminar hacia la puerta para bajar.

— Detente — dijo, y mis pies se detuvieron al escuchar su voz rota pero había algo más en ella, ¿qué era?

Sentí como se levantó y sus pasos que cada vez se acercaban más, se detuvo, justo detrás de mi y mi corazón junto con el tiempo parecían haberse detenido, ¿qué era esto? ¿Por qué parece que todo podía detenerse y no importarme en lo absoluto? Porqué su cercanía me importaba más que sentir que en cualquiera momento podía caer.

Y de pronto, me ví rodeada por sus brazos y el calor de su cuerpo que me hacía temblar junto con él. Volvió a sollozar y sentí su rostro en mi hombro.

— Tú eres realmente una chica muy mala — reí, y soy consciente de que este momento no es para ello. Y que en ningún momento el quiso ser gracioso. Lo entiendo, esas palabras son las más duras que podrá llegar a decirme, y las entiendo.

Se está quejando, por haberle mentido y está herido, porque no le conté antes y elegí este momento para hacerlo. Porque había roto su corazón.

— Tengo otro deseo, ¿vez alguna estrella? — no puedo verlo, pero me lo puedo imaginar con los ojos cerrados.

— No, no puedo ver ninguna.

— Mientes, si la hay — sus brazos se apretaron más y su abrazo se hizo más fuerte — Deseo poder abrazarte así por mucho, mucho tiempo.

(...)

1... 2... 3... Mi vista estaba fija en el reloj de pared que movía sus agujas a un ritmo que me hacía querer gritar, y lo estaba haciendo. Estaba gritándome internamente, quería explotar en ira, quería sacar todo dentro de mí. Porque yo nunca lloré, incluso al recibir la noticia de que tenia cáncer, no lloré.

Supongo que pensé que no valdría nada si tan solo me ponía a llorar, ¿acaso las lágrimas podrían arreglarlo todo y devolverme la felicidad? Claro que no, pero ahora, siento esa necesidad. Quiero llorar y reclamarle al mundo el porqué, ¿por qué yo? Quiero llorar hasta desgarrarme y sentir que estoy vacía, que no hay nada dentro de mi que deba lamentar.

— Jae... — la voz de mi madre parece triste, lo siento mamá. He decidido rendirme — Todo está bien cariño, lo vas a lograr.

Su suave mano acaricia sin cansancio mi cabello y sus lágrimas brotan si parar de sus ojos. Verme así no debe ser fácil, tener postrada a su hija en una cama frente a sus ojos no debe ser agradable.

Lo siento mamá, pero no tengo fuerzas para levantarme de aquí, hoy no. No más.

— Buenos días — esa voz, ¿por qué estoy escuchando su voz? Mis ojos están ahora cerrados así que no puedo verlo.

— Pasa querido, ¿te vas hoy? — no escucho su respuesta, así que deduzco que ha asentido con su cabeza — Jae está recibiendo un suero, estaba bien. No sé que ha pasado que la ha hecho decaer así — esta vez siento su mano sobre mi brazo — Creo que se está dando por vencida — escucho su llanto y mi corazón se oprime contra mi pecho.

— No, ella solo está descansando — le dice él y luego le pide que lo deje solo conmigo. Que desea despedirse de su amiga.

Pasa un tiempo y no escucho nada, pero sé que está aquí, lo siento. ¿Qué he hecho? ¿Por qué no comienza a hablar de cualquier cosas como antes?

— Te lo pido, no hagas esto. No intentes alejarme de tí porque no lo haré — lo escucho al fin y mis ojos pican.

Yo te lo pido a ti, por favor, vete.

— No me importa lo que digas, estás aquí ahora y eso es lo importante — lleva su mano a la mía y las enlaza — Te quiero JaeMi, y no voy a dejar que te rindas — siento sus tibios labios sobre mi mano y una lágrima cae de mis ojos.

Hoseok, sálvame. Quiero pedirle eso, pero no puedo. ¿Cómo podría prenderme de su brazo y luego desaparecer? Eso sería clavar el cuchillo y removerlo dentro de su corazón.

Quiero acabar con todo antes de que se haga más profundo, antes de que salgas más herido.

Quiero acabar con todo antes de que se haga más profundo, antes de que salgas más herido

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SMILE; JHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora