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9 de la mañana ese mismo día.

- ¿Saben? La próxima vez podrían avisarme que vienen.

Les reclamó el menor, la cosa era así. Justo cuando Tom se cepillaba los dientes su puerta fue tocada, por lo que con quejas y todo tuvo que ir a fijarse, refunfuñando como niño con cada paso. Aunque fue una sorpresa ver a ambos adultos con comida lista para preparar el almuerzo y desayuno, no quitaba el hecho de que tuvo que dejar de hace lo que hacia y por eso mismo ahora tenia pasta de dientes húmeda en su boca.

- No te quejes, además, verte así me trae recuerdos - susurró en su oído con picardía Stan, alejándose hacia la cocina.

— Te traje helado.

Levantó la bolsa Hiddleston con una sonrisa tierna, de esas que te dan pequeños espasmos o te hacen gritar por la lindo que se ve así.
Se limpió con la manga de su pijama los restos de pasta de dientes de su boca, dejándola limpia para poder saludarlo.

— Gracias — se inclinó para darle un pequeño beso en la mejilla, alejándose de inmediato.

— ¿Sabes? Hace mucho que no nos besamos y comienzo a extrañar la dulce sensación que me da el probarlos.

— ¿Ya te dijeron que eres un amor? — la actitud del rubio causaba un regocijo en su interior.

El de ojos azules se acercó lo suficiente para poder sentir el aliento mentolado del menor, llevando una mano a la cintura de este y otra a su mejilla izquierda, pasando un dedo por el lóbulo de su oreja, dejando pequeñas caricias.

— Me lo has dicho mucho.

Sus labios comenzaban a rozarse lentamente, mantenían sus ojos abiertos para observar el amor con el que se veían ambos, como un brillo especial se mostraba en sus ojos al verse, parecían conectados, como si hubiesen sido creados para estar juntos.

—  Te adoro.

— Yo te amo — susurró el mayor antes de terminar con toda distancia entre ellos, calmando sus deseos de apoderarse de esos hermosos labios demostrando todo su amor en un beso.

Holland se sorprendió al principio por la declaración y el brusco movimiento, pero se acomodó mejor en sus brazos para seguir con el beso, enredando sus brazos por el cuello de él. Abriendo su boca para darle paso a la lengua de quien mandaba en esa guerra insaciable.

— ¿Y si en vez de besarse, me ayudan?

La voz de Sebastian sorprendió a los dos Tom, que se alejaron un poco avergonzados, Holland con un perceptible sonrojo y Hiddleston con una sonrisa sin mostrar sus dientes.

— Si, vamos.

Acercó su mano a la del joven para entrelazar sus dedos e irse a la cocina junto a Stan, quien trataba de esconder sus celos.

¿Qué Tom está qué..?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora