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Le devolvió la foto al chico que estaba esperando algo impaciente por esta, ella notó la inseguridad de él al mostrársela a su esposo, era como si quisiera quitársela de las manos de un tirón e irse corriendo lejos de ellos. Lo confirmó cuando no hizo falta que la extendiera, a penas hizo el amago de devolverla él la había agarrado, apretándola contra su pecho, suspirando con calma por tenerla de vuelta, y eso sólo causaba más ternura en la mujer.

— Bueno Tom, los felicito a ti y a Hiddleston — llevó sus ojos hacia el mayor que los observaba con una sonrisa algo forzada, se veía incómodo, los regresó de nuevo hacia el menor y vio sus mejillas rojas y una expresión de sorpresa, era sólo una suposición, pero acaba de confirmar sus sospechas, tomó las manos del menor con cariño, las sintió heladas Les deseo lo mejor, si necesitas algún consejo puedes pedírmelo, total, tienes mi número aun ¿Verdad?

— S-si..

Fue lo único que dijo él, sentía que estaba por morir de la incomodidad y los nervios, además, no podía evitar sentirse mal por ella, se había acostado con su marido y cambia una posibilidad de que ese bebé sea de Benedict. Mientras que ella siempre había sido un amor con él, jamas lo trató mal o le habló con desprecio, siempre con cariño.
Cuando menos se dio cuenta había derramado un par de lágrimas por el peso de la culpa, no entendía porqué Benedict no se veía preocupado o al menos enojado, solo los miraba con desinterésaunque por dentro él también se estaba muriendo de nervios, ya daba sus testículos por cortados —, llevó rápidamente su mano a su ojo, refregandolo sin tanta fuerza para no lastimarse, pero si la necesaria para calmar el ardor que sentía.

— ¿Qué pasa cariño? ¿Son las hormonas?

Ella colocó una mano a cada lado de las mejillas del chico y lo ayudó a limpiarse las lágrimas, notando como Willian y Robert se acercaban para poder consolar al chico.

— Creo que si.. Jeje, estoy algo sensible..

— ¿Quieres ir a casa?

Preguntó Hiddleston, tomando su mano libre ante la mirada dolida del otro hombre que se había mantenido a una distancia prudente para echarse a correr si la situación lo ameritaba. Robert le había mandado un par de mensajes a Chris y a Stan, ya regresarían al departamento y los quería ahí para cusndo llegaron, guardó su celular y decidió terminar con esa incomoda situación de una buena vez.

— Bueno Sophie, fue un placer verte otra vez, pero tenemos que llevar a Tom a casa.

— Oh, esta bien, espero verlos pronto.

Soltó las mejillas del menor y saludó con un beso en una de estas como despedida, lo mismo hizo con los otros dos adultos para regresar al lado de su esposo que aun sentía ganas de correr.

— Vamos.

Y se alejaron de una buena vez, era horriblemente incomodo eso, al menor le causó escalofríos, al rubio sólo mantenía toda su atención a éste por si se ponía sensible de nuevo, y el mayor, él sólo sentía enojo, pero nadie puede culparlo.

¿Qué Tom está qué..?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora