¿Qué Tom está qué..?

32 (Segundo Mes)

— ¡Mamá! — gritó un castaño desde el baño con un tono alterado.

Eso alertó a la mayoría que estaban en esa casa, (desde que la madre de Holland volvió con el resto de la familia, Tom se fue con ellos) que no tardaron en correr hasta al baño donde la puerta estaba abierta. La mujer fue la primera en acercarse preocupads para al final solo ver a su hijo frente al espejo, sin remera viendo su estómago. Su expresión reflejaba susto.

— ¿Qué ocurre? ¿Pasa algo con el bebé?

— ¿Qué? ¡No! Es peor, ¡Estoy engordando — chillo viendo su panza algo grande.

- ¿En serio, Tom? — se le burló Harry, obteniendo una mirada de enojó por parte de su hermano.

— Vayan, yo arreglaré esto — ordenó la mujer, su esposo y los hemrnaos del chico le hicieron caso.

Se fueron de ahí, dejando a madre e hijo solos, Tom se sentó sobre el inodoro antes de bajar la tapa, usándolo como asiento. Tenia sus manos sobre se estómago, acariciándolo por instinto, además, eso lo relajaba.
Nicola se puso de cuclillas frente a él, apoyando sus manos en los codos del menor, viéndolo fijamente con mucho amor.

— ¿Quieres que llame a Sebas y Tomy, así hablan?

— No, sigo enojado con ellos — fruncio el ceño, desviando la vista hacia la ducha para no mirar a su madre.

— ¿Sabes? Cuando yo estuve embarazada también me ponía sensible a todo, sentía rabia hasta por cositas tan pequeñas o lloraba, una vez lloré porque maté a una mosca — le comentó riéndose de ella misma al recordar esa parte.

Tom también se rió sin poder evitarlo, y es porque de verdad se imaginaba a su madre llorando por eso.
Volvió a mirarla, pero ahora con culpa.

— ¿Ellos estarán enojados conmigo por ser así de caprichoso?

— Claro que no, te aman mucho, de otro modo no hubieran vuelto después de que tu padre los golpeara — llevó sus manos a las mejillas de su hijo, acariciándolo.

— Tengo miedo, ahora no soy solo yo, esta mi pequeño Peter — abrazó con más fuerza su estómago.

— ¿Peter?

— Ese será su nombre, en caso de que sea varón — se apresuró a decir aquello último al ver que su madre abriría la boca y podía imaginarse lo que iba a decir.

— Esta bien, pero mi instinto me dice que será niña — le guiñó el ojo antes de levantarse ya que sus piernas se adormecían. — Y preparate, hoy vienen a cenar tus hombrezotes.

Le avisó antes de salir del baño, ignorando las quejas de su hijo por no haberle avisado antes de eso, que necesitsbs bañarse, si tendría que vestirse lindo o normal. Soltó una risa, de verdad amaba a su hijo, a todos. Además, la emocionaba la idea de ser abuela.