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— Soy primicia, otra vez.

Se quejó el joven viendo su celular, leyendo las teorías que empezaron a armar las personas por abrazar a Hiddleston. ¡Solo era un abrazo! ¿Hasta de eso sacaban conclusiones?
Vio otra foto, en esa se tomaban de la mano, ahora entendía mejor.
Estaban sentados en el living de aquel departamento, Hiddleston en un PUF, Robert y Chris en el más grande a cada lado de él, impidiéndole a cualquiera de los otros dos sentarse cerca del menor, y Stan, él estaba parado atrás del sillón, viendo el celular del chico.

— Necesitan buscar de que hablar, ¿Qué harían con su trabajo sino? — preguntó Robert, cruzándose de piernas.

— Cierto.

Concordaron todos en aquella sala, antes de que un tono de llamada invadiera todo el lugar asustando al dueño del celular que se sobresaltó por el repentino ruido.

— Es Sophie.. — su respiración de cortó a penas leyó el nombre  de quien esperaba nunca recibir alguna llamada.

— Contestale, pon lo en altavoz.

Indicó Robert.

— No, no, no, que no lo haga.

Aconsejaron algo preocupados Hiddleston y Evans, imaginando los peor con esa llamada.
Tom miró a los tres tratando de pensar rápido una respuesta, pero esta se dio por si sola, la llamada se cortó por quien la hizo, cansada de esperar a que respondan.

— Eso fue intenso — escuchó susurrar a Stan detrás suyo.

Cuando iba a suspirar con tranquilidad su celular volvió a sonar, sobre saltándose otra vez y maniobrando para que el celular no cayera terminó respondiendo accidentalmente la llamada.

— ¿Tom? ¡Ey! ¿Hola?

Se escuchó desde aquel aparato. Todos los adultos le hicieron señas de que lo ponga en altavoz y así lo hizo. Con el corazón en la mano y un mal sabor de boca le contestó.

— Sophie, hola.. ¿Qué ocurre?

Sólo quiero hablar contigo, es importante.. ¿Podrías abrir la puerta? Por favor.

El tono del suplica y las palabras de la mujer solo lograron que su respiración se acelerara de los nervios. Sebastian lo tomó de la mano que tenia libre para tranquilizarlo un poco, Robert y Chris le daban miradas bastante tranquilizadoras.

— Es que no estoy en el departamento ahora. Perdón...

Tomy, el auto de Robert esta afuera, y si esta estacionado justamente acá es porque esta contigo, sólo quiero hablar, es urgente.

Holland cortó la llamada dando grandes bocanadas de aire, sentía que no podía respirar, un ataque de pánico. Se hizo bolita, escondiendo su cara entre sus piernas.

— ¿Po-podrían abrirle?

Pidió con voz pesada, Evans fue el que se levantó para abrirle a esa mujer que esperaba en la puerta a que le abrieran. Dejando a los tres intentando calmar al joven.

— No pasará nada, nosotros estamos aquí.

— Seguramente quiere darte consejos para el embarazo.

— No parecía enojada, sino preocupada, dudo que algo malo pase.

Dieron sus opiniones los tres, observando como él temblaba un poco menos con aquellas palabras o así era hasta que la puerta se abrió dejando entrar a dos personas, logrando alterar nuevamente al menor.

— Hola..

¿Qué Tom está qué..?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora