08. Saber esperar

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Junior iba mejorando con los días, ya había dejado de estar en cama. Las indicaciones eran claras: nada de esfuerzo físico por un tiempo, nada de estrés y nada de Mauro.
Blas lo había ayudado a cumplir con todo lo indicado. Se había quedado esos días en lo de Junior, y de vez en cuando salía para ayudar en el bar , y por las tardes para hacer su ejercicio diario.
Ese día Blas se estaba atando las zapatillas cuando Junior le dijo en broma: -No puedo creer que me dejes por ir a correr. -
-Me mantengo en forma así después no me andas diciendo gordito-. Le respondió Blas y fingió estar ofendido.
-Lo digo en joda, mira lo que sos.- dijo Junior apoyando sus manos sobre el pecho de Blas acercando su cara para besarlo. -Sos perfecto, y musculoso- agregó Junior dirigiendo ahora sus manos a los brazos de Blas.
El menor comenzó a besarlo mientras frotaba sus brazos de arriba a abajo.
Luego cortó el beso para acercarse a su oído y susurrar-Sos tan lindo- casi como ronroneando y empezó a besar el cuello del contrario con besos largos y profundos.
El mayor sentía que pequeñas descargas eléctricas le recorrían el cuerpo. No había palabras para describir todo lo que quería hacerle a Junior, pero no podía dejar de pensar en su salud. Interrumpiendo el momento agarró al menor del rostro y le dijo: -me tengo que ir-.
-Estas seguro- pregunto Junior sugerente.
-No...digo...si!- dijo Blas y prácticamente salió corriendo de la habitación.
Junior frunció el ceño sin entender bien pero lo dejo irse.
Sin Blas en la habitación el menor no podía parar de pensar.
Lo que había ocurrido no lo había dejado bien. Y si Blas ya no sentía lo mismo? Y si después de los ataques se había cansado de los problemas de Junior? Y si había alguien más?
Dos horas después Blas llego y se sacó la remera transpirada dispuesto a bañarse. Junior acababa de salir del baño recién duchado solo con una toalla en la cintura.
-Hola amor- Blas fue el primero en hablar.
-Hola - dijo Junior mirándolo de arriba abajo. El bartender podía percibir el deseo frustrado en los ojos del menor.
Por su parte Blas tampoco podía dejar de admirar a su novio, el cuerpo de Junior siempre dejaba sin respiración al bartender, su espalda ancha, su pecho contorneado, las líneas de su abdomen bien definido.
Blas se quedó en silencio inmovilizado, lo único que podía hacer era sostener en sus manos la remera que acababa de sacarse, la estrujaba con fuerza como si de esa manera pudiera depositar ahí todos los instintos que se estaba conteniendo.
Trató de componerse y se dirigió al baño a darse una ducha.
-Blas podemos hablar- lo detuvo Junior.
-Si decime- dijo Blas tratando de sonar tranquilo.
-¿Esta todo bien entre nosotros?-
-Si Junior -
-¿Y porque te siento tan frío?-
-No nada que ver - respondio Blas mirando para otro lado
-Veni sentate conmigo- le pidió el menor.
-No por favor- pensó Blas para sus adentros. Pero por fuera respondió -Si claro- y se sentó.
Junior le tomó las manos.
-Qué pasa que no querés estar cerca mío. ¿Ya no te gusto?- se animó a preguntar finalmente.
-Claro que me gustas . Me encanta tenerte cerca.-
-No te creo, ¿hay alguien más?- pregunto Junior con dolor en sus ojos.
-No, no es eso.- respondió Blas
-¿Y entonces que es?-

Blas tomó aire y respondió: -Quería esperar, vos estuviste muy mal hace unos días, el médico dijo nada de estrés...- comenzó Blas
-Vos no me estresas- objetó el menor
-Nada de Mauro- agregó el bartender
-Ves soy yo el problema- dijo Junior con tristeza
-Y nada de ...actividad...física.- finalmente se animó a decir el mayor
-Ah... Bueno pero...- intento objetar el menor de los Guerrico.
Blas apretó más fuerte su mano y dijo:
-Junior, lo que vos y yo queremos hacer es algo hermoso pero la primera vez es dificil, vos nunca estuviste con un chico , vas a estar nervioso , va a ser algo nuevo a nivel físico, yo no puedo pedirte pasar por eso sí no estás bien.-

Junior quería llorar, no podía entender porque todo era tan difícil, porque simplemente no podía estar con la persona que amaba. Todo le parecía injusto y solo pudo reprochar : -¿Y el amor?¿ Dónde entra el amor en esta explicación médica que me estás dando? Porque nosotros nos amamos, no es sólo algo físico, ¿O no es verdad?-.

Blas tomó la cara de Junior con sus dos manos y respondió: -El amor entra en que yo te quiero cuidar. El amor entra en que, por más que cada vez que te tengo cerca me muera de ganas de hacer el amor con vos, prefiera esperar para que estés bien. Yo deseo esto hace tiempo, no te equivoques. Es como si cada parte de mi cuerpo me pidiera a gritos estar con vos, pero aguanto, y si puedo aguantar es porque te amo.¿Cuando vas a entender eso? Te amo Junior-.

Junior tenía los ojos llenos de lágrimas. Abrazó a su novio con fuerza. -Perdoname Blas te amo-.
-Tranquilo - le decía el mayor mientras acariciaba la nuca de su novio que lloraba en su hombro.
-Siento que te estoy torturando, primero lo de papá y ahora esto, son demasiados problemas-.
Blas incorporó a Junior para que lo mirara.
- Es la vida Junior, las cosas no son fáciles, pero vamos a estar bien-. Dijo haciendole caricias en la mejilla.
Junior cerró los ojos y suspiró con calma.
-El jueves tengo el control médico. Qué te parece si sale todo bien... digo... nosotros-. Sugirió Junior con ilusión en sus ojos.
Blas sonrió y miro la boca del menor, luego se centró en la mirada esperanzada de su novio.
-Me parece bien hagamos eso. - dijo sonriendo y le dió un largo beso en los labios. -



Historia BlasniorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora