74. Mil vidas con vos (parte I)

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Casa de los Guerrico

Hay un perfume delicioso inundado su sentidos mientras sus ojos luchan por abrirse a la nublada mañana.
Quiere besarlo de solo pensar que seguro se lo puso a propósito, para que su inconsciente lo recordase como las últimas noches mientras dormía.
Ese aroma exquisito mezclado con el de su trigueña piel es su perdición.
Masculino y dulce, Blas es así y su perfume es igual a él.
El bartender ni se inmuta al sentir como la naricita de botón de su novio se presiona contra ese rincón de su cuello donde suele esconderse, mientras deja  escapar un -mmm- que hace que Blas sonría con los ojos cerrados.
La tibia mano de Junior lo acaricia en los vellos cortos de su pecho por debajo de su ropa.
El mayor  se deja hacer y hasta juega con él moviéndose, en un falso intento por salir de la cama.

-Mmm no - protesta Junior pasando una pierna por encima de la suya, y Blas vuelve a sonreír para luego besarle el pelo

-Buen día garrapatita- susurra el bartender con la voz ronca propia de quién recién despierta

-Malo- contesta el menor y se aprieta más contra él

-En algún momento voy a tener que ir al baño - dice divertido el joven de rulos

-Ufa- se queja Junior en medio de un puchero

-Me tengo que cepillar los dientes si te quiero dar un buen beso, pero bueno si no querés...-

-Bueno vamos - contesta rápidamente el menor casi saltando de la cama haciendo reír a Blas

-¿Me prestas tu cepillo ? Bah si no te da cosa - pregunta el bartender de camino al baño

Junior rueda los ojos pensando que han compartido mucho más que eso.

Primero se cepilla él y luego Blas que lo hace como puede ya que tiene a Junior abrazándolo por detrás pasando ambas manos por su pecho.

Acostumbrado a la invasión personal que se tienen mutuamente, el mayor logra terminar y se da vuelta para mirarlo.

Junior no espera y lo toma con ambas manos del rostro y lo besa. Es un beso suave y tierno sobre su labios, luego son varios chiquitos por todo el rostro del mayor que no deja de mirar la trompita que forma con su boca, esa boca rosada que lo termina por tentar, porque ahora es Blas quien lo toma de la nuca y lo besa, lento y profundo mientras le acaricia el hueso de la columna en círculos.

-¿Te amo sabes? - susurra Junior sobre su boca abriendo los ojitos para él mientras juega con el borde de su pullover, como si así sus palabras quedarán más claras.

Blas solo asiente y le ofrece confort en un abrazo cálido. Junior se hace chiquito contra su cuerpo y se apoya en él, obligándolo a sentarse contra la bacha para no caerse.

-¿Cómo te sentís? Estás bien ? - pregunta el mayor meciendolo suavemente

-Bien, pero de a ratos me da sueño-

-Supongo que es normal pero hay que hacer que te revisen -

-Quiero ir a casa- protesta el menor apoyando la mejilla en su hombro

-Todavía no podemos, pero vamos a la cama, así descansas un poco más ¿Querés?- pregunta frotandole la espalda tratando de animarlo

-Bueno...-contesta el menor quien lo sigue de la mano, y apenas se acuestan no tarda mucho en volver a dormirse sobre su pecho.

***

Las horas de la mañana transcurren y la casa Guerrico empieza a llenarse de voces.

Historia BlasniorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora