24. Blas Quevedo Linares

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Las horas siguientes habían sido una tortura para Junior.
El menor estaba con Dante en los asientos del pasillo de la clínica aguardando.
Simona había ido a buscarles un café.

-Hablé con los padres de Blas, estaban en Uruguay de viaje, están viniendo en el primer vuelo que consigan.- le comentaba Dante a su hermano menor que parecía ignorarlo.

-Ya le avisé a Romeo lo que pasó-

Junior miraba a un punto fijo y seguía sin responder

-El tío llamó hace un rato, dicen que la policía agarró a Mauro y...-

-No me nombres a esa basura nunca más en la vida!- gritó Junior mirando a Dante

-Perdoname, quería que lo supieras-

-¿Por qué no me dijiste nada? Porque lo dejaste solo?!!! - el menor sujetaba a su hermano del cuello de su camisa con fuerza

-Pará Junior- decía Dante tomándolo de los brazos para liberarse de su agarre

-¡Te das cuenta de lo que hiciste!-

-Yo no sabía que estaba armado, Junior. Jamás hubiera permitido que Blas haga esto-

Simona había llegado con los cafés cuando vio la escena- calmate Junior por favor- pidió la joven

-¡Es su culpa, Blas está en ese quirófano por su culpa!- le gritó el menor a la chica

-Perdoname hermano perdoname - dijo Dante con los ojos llenos de lágrimas

-Necesito que esté bien Dante. No ves que yo no puedo vivir sin él? no voy a poder...- dijo el menor soltándolo y largándose a llorar

Dante acurrucó a su hermano en sus brazos y lo contuvo hasta que reguló la respiración.

-Familiares de Blas Quevedo Linares - dijo un cirujano saliendo del quirófano

Junior se paró

-Pudimos extraer la bala con éxito, el paciente ya está fuera de peligro, en una hora lo pasamos a observación-

Junior y Dante se abrazaron llorando mientras Simona emocionada llamaba a Diego para avisarle.

Después de pasar esa noche incómoda en una de las sillas de la clínica, por fin iban a pasar a Blas de observación a una habitación donde podía recibir visitas.
Ya era de mañana, Dante le había insistido a Junior para que desayune algo, pero él no quería comer nada, no quería hacer nada hasta ver a Blas.

El bartender aún estaba sedado por la anestesia, una de las enfermeras le informo de esto a Junior antes de dejarlo ingresar.
-Ya pasaron varias horas, seguro pronto despierta, los dejo solos- dijo la amable mujer al ver la cara de angustia de Junior cuando entró a la habitación.

El menor se sentó al lado de su novio y sostuvo su mano, esta se encontraba conectada por cables a un suero, Junior lloraba en silencio.
Le dió un beso a esa misma mano y lo miró, sentía que se le partía el alma en pedazos, necesitaba que sus hermosos ojos verdes lo volvieran a mirar.

-Hola amor...- dijo Junior acariciándole el brazo

-Todos acá me dicen que estás bien...pero yo necesito que despiertes
...te necesito Blas- dijo el menor apoyando su cabeza en el colchón mientras lloraba.

La puerta a sus espaldas se abrió.

-Hola- escuchó una voz femenina que lo saludaba, Junior solo se limitó a responder el saludo sin girar a verla, ya que pensó que era una de las enfermeras.
Pero de repente una mano se apoyó sobre su hombro.

Historia BlasniorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora