46. Sincerarse

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Después de ese mensaje Blas agradeció tener que irse a trabajar. Por lo menos si no estaba en el departamento no tendría tan presente la ausencia de Junior.

Iba a ser por pocas horas pero aún así las aprovecharía para despejarse. Dante le había pedido que vaya solo medio turno durante la hora de almuerzo, para luego dejarlo descansar el resto del sábado y todo el Domingo.
El Guerrico del medio comenzaría su gira con Simona por 1 mes en distintos paradores de la Costa, y el bartender quedaría a cargo de todo a partir del Lunes.

El mayor trató de no pensar en nada durante la jornada, y para evitar estar pendiente decidió apagar el celular. No tenía ganas de hablar con nadie, y sabía que Junior estaba bien.
Ese mediodía casi no cruzó palabra con nadie y se esforzó por concentrarse en cada pedido para no equivocarse.
Un pequeño inconveniente llegando al final de su turno lo volvió a perturbar. No paraba de ingresar mal los datos de la tarjeta de crédito de un cliente, haciendo que éste se enoje por no poderle cobrar.
Dante intervino para ayudarlo y el mayor aprovechó para salir de la barra.

Enfurecido por su propio error el bartender fue al baño a mojarse la cara. Aprovechó y prendió su celular.
No habia noticias de Junior, pero tenía 5 llamadas perdidas de su hermana mayor, que al ver que él no le atendía decidió enviarle un mensaje.

Ana dice 🍉: Hola hermanito. Que onda ese despiste? Le mandaste el capítulo del libro al abogado, y los contratos al de la editorial. Me escribieron los dos pidiéndome explicaciones. ¿Qué pasa que no me atendés?¿ Estas bien?

El bartender ya no aguantaba más , vió a su hermana en línea y aprovechó para contestar.

Blas dice: No Ani, la verdad es que no estoy bien.

Ana dice: Junior?

Blas dice: Si

Ana dice: Venite a lo de los viejos. Sabes que iría a verte pero estoy que exploto con esta panza. Te venis y hablamos. Querés?

Blas dice: Dale termino en el bar y voy para allá. Besos

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A eso de las 7 de la tarde Blas apareció en la casa de los Quevedo Linares.

-¿Y los viejos?-

- Salieron con Luci a comprarle ropa. Está creciendo rápido la enana-

-Va a terminar más alta que nosotros -dijo el bartender indignado

-Olvidate, la pendejita nos está ganando en todo- dijo la joven haciendo reír a Blas

- Che ¿y el padre de mi ahijado?-

-Está en la agencia, en un ratito viene-

-Osea que te dejaron sola acá en tu estado?-

-Mamá me ofreció ir con ellos, pero cuando vi la macana que te mandaste con las traducciones supuse que no estabas bien, y quería esperarte para hablar-

-Me mata lo maternal que está. Sos una tierna Ani...-

-Estoy más tierna si, pero también estoy que no puedo más con esta panza gigante. Así que sin un carrito de golf ese shopping no te lo recorría ni loca-

Blas le sonrió y la acompañó a sentarse en el sillón.

Ana acariciaba su panza mientras analizaba la mirada triste de su hermano menor.

-Que anda pasando en esa cabeza llena de rulos?-

Blas dió un suspiro

-Mejor dicho en ese corazón- agregó la joven

Historia BlasniorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora