Llegamos a 230 Fifth Rooftop sobre las seis de la tarde para cenar, salimos de la limusina cual divas, y entramos al edificio. Teníamos una hora, así que subimos a la azotea, y fuimos a pedir la comida y la bebida. Lucy, Owen y yo cogimos unos mini tacos de pollo y una Heineken cada uno; Evelyn y Maddy apostaron por el humus y un cocktail; las otras tres amigas de mi hermana, Jaimie, Clare y Taylor, pidieron una hamburguesa y una copa de vino Merlot.
Salimos a la terraza, decorada con luces de colores que ambientaban el lugar, dejando tonalidades azules y rosas. Había una especie de cúpulas transparentes con figuras blancas triangulares, y dentro había sillas y alguna mesilla. Decidimos entrar a una de esas a comer y beber, hablando de mientras.
Otras personas estaban sentadas fuera, en los bancos de madera que estaban frente a los medios círculos. La música te invitaba a bailar, pero debido a la noche que nos esperaba, lo mejor sería reservarnos para el resto de establecimientos.
Todo el mundo se quedó mirando la apariencia de Evelyn, que además de ir casi disfrazada, le habíamos colocado una cinta rosa donde ponía "me caso". Esta estuvo a punto de mancharse debido a la torpeza de mi hermana, cuando un poco de humus se le escapó del cubierto, y yo casi la mato por ello. Finalmente, una vez acabamos de cenar, dejamos el establecimiento y volvimos a la limusina.
- ¡Siguiente parada, Bar Sixtyfive! –exclamó Owen, y las demás gritamos de emoción, sobre todo Evelyn, que se iba enterando de los destinos sobre la marcha.
- ¡Cojámonos un pedo que no recordemos ni de quién es la limusina! –gritó Evelyn, y de nuevo, aclamamos la idea.
El viaje en la limusina se resumió en cantar, beber y sacar la cabeza por las ventanillas para gritar que Evelyn Wright se casaba. El pobre chófer no escondía la cara de vergüenza porque tenía que conducir, pero estaba segura de que en esos momentos estaba deseando desaparecer.
Al llegar al edificio, subimos a la Raimbow Room del Bar Sixtyfive, una habitación de tonalidades beige y grises. El suelo parecía de madera grisácea, y sobre este se encontraban las mesas cuadradas de mármol con sillas acolchadas grises y asientos en forma de banco de color crema. En el centro las mesas eran de dos, mientras que las que daban a las paredes eran de cuatro o de ocho. El techo estaba sujeto por columnas, y este tenía formas abstractas y daba una iluminación ambiental, junto con la luz que entraba por las cristaleras que rodeaban el establecimiento. Las vistas eran, principalmente, el Empire State, era simplemente maravilloso.
Pero no habíamos ido a admirar la belleza de la ciudad que nunca duerme, sino a beber y a divertirnos para celebrar la despedida de soltera de Evelyn. Así pues, cogimos distintos coacktails y empezamos definitivamente con la fiesta. Aunque fuera un lugar bastante exclusivo y no pudiésemos bailar como haríamos en el 1 Oak, nos lo pasamos realmente bien, bebiendo y jugando hasta las nueve. Avisé a todos para volver a la limusina que nos llevaría al siguiente destino, escuchando las quejas de una ya ligeramente borracha Lucy que quería ligar.
El ritual de la limusina se repitió, y como algunos ya iban un poco perjudicados, cada vez era más divertido. Yo por si acaso me estaba controlando bastante, pues, si todos bebíamos, la cosa podría salirse demasiado de control.
Una vez llegamos al Hyatt Centric Times Square, y subimos al Bar 54, que estaba dentro del hotel. El lugar era precioso, repleto de mesas y de sillones acolchados, todo de colores marrones o dorados, con algún toque rojo. El techo estaba cubierto de un espejo con manchas negras, en el que se reflejaban las vistas que se veían desde la gran cristalera. Pedimos nuestras copas y salimos a la terraza, la cual tanto el suelo, que era de baldosas, como los sillones y sofás eran blancos; los cojines eran de color rojo y las mesas de color negro; la barandilla era transparente, permitiendo ver todo el paisaje, y debido a la cristalera de dentro del bar, también se apreciaba el interior del establecimiento.
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Puro Delirio
RomanceAlyssa Wright pertenece a una de las familias de empresarios más prestigiosas del mundo. Su vida está completamente hecha debido a su futuro como dueña de la empresa de sus padres, sin contar que mantiene una relación amorosa con Arthur Lewis, hijo...