Capítulo 20

53 6 0
                                    

Christopher y yo llevábamos saliendo en secreto varias semanas ya, y éramos realmente felices, aunque sabíamos que en algún momento tendríamos que decírselo a mis padres, y si eso, a los suyos y a Arthur. Nuestros amigos ya lo sabían, y se alegraron por nosotros en cuanto se lo contamos.

Evelyn gritó que es lo que debería haber sido desde el principio y llorando. Yo la miré extrañada, ya que corté con Chris por consejo suyo, pero me ignoró y siguió llorando.

Natalie nos abrazó con fuerza, amenazándome con matarme si hacía daño a su hermano. Los tres reímos ante eso, ella era un pilar muy importante para Chris, y me gustaba saber que siempre estaría para él.

Luke y Owen tuvieron reacciones muy distintas. El primero sonrió y nos felicitó, sobre todo a su mejor amigo. Owen... fue Owen. Empezó a saltar y a chillar, desesperado por no tener confeti. Nos abrazó a ambos, dejándome sin aire, y gritó en nuestros oídos que se alegraba mucho y que nos quería.

Lucy, al igual que mi hermana, empezó a llorar y me abrazó. Me dijo que nos lo merecíamos, que ella sabía que acabaríamos juntos desde el principio y que no lo dudaba. Recuerdo la conversación con ella a la perfección.

- Gracias –le dije a Lucy, y ella me miró con confusión.

- ¿Por qué?

- Porque si no te hubieses liado con Chris ese día, nada de esto habría pasado.

Y era cierto, ya que, aun habiendo momentos anteriores, el empujón real fue la noche en el hotel Pennsylvania, que no habría ocurrido si no le hubiese echado la bronca a Lucy por meterse con Christopher.

Y por último, Ethan, que tan solo nos felicitó y nos dio un leve asentimiento de cabeza. Bien es cierto, que el pobre estaba intentando ayudar a una desconsolada Evelyn que no paraba de llorar.

En ese momento, me encontraba en casa de mis padres, de donde todavía no había salido y me sentía como un parásito por ello, sin embargo, los pobres me aguantaban. Mi madre había decidido hacer una cena con los Lewis para solucionar los conflictos que habían surgido entre ambas familias. Había llamado a Chris para saber su opinión sobre si era el momento indicado para decirles a todos que estábamos juntos, y él, al igual que yo, concordó en que no habría después momento mejor que ese.

Me encontraba bastante nerviosa, pues no sabía qué reacción tendría Arthur, y tampoco quería hacerle más daño. Pero no podía seguir ocultando mis verdaderos sentimientos, no era viable.

- ¿Puedes dejar de saltar? ¿Te meas o qué? –se burló mi madre y yo le saqué la lengua.

- Es que estoy nerviosa –admití, sonriendo y siguiendo con mi baile.

- Yo creo que es un baile de apareamiento de los de su especie, los, ¿cómo os llamáis? Ah, sí, millenials –intervino mi padre, riéndose en mi cara hasta que el timbre sonó.

- ¡Seguro que es Evelyn! –exclamó mi madre. Y efectivamente, cuando una de las chicas que se encargaba de la casa abrió la puerta, entró mi hermana con su novio.

- Buenas tardes –saludó de buen humor, e Ethan hizo lo mismo.

- ¿Por qué tan contentos? –interrogó mi padre.

- Porque quiero drama y va a haber dramón –comentó mi hermana, y yo la miré mal.

- ¿Por qué dices eso? –preguntó mi madre, curiosa.

- Por nada mamá, es que Evelyn tiene un problema con la imaginación tan amplia que tiene.

Ella me sonrió con malicia, y se sentó en el sofá junto a su marido a esperar a los Lewis. Yo estaba que saltaba por las paredes, y además, me moría de hambre, así que quería que llegasen cuanto antes. A la vez, quería que, a poder ser, solo apareciese Chris y evitar una posible pelea entre él y su hermano.

Puro DelirioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora