Me desperté sintiendo el calor de un cuerpo a mi lado, supuse que sería Arthur, pero al momento los recuerdos de la noche anterior llegaron a mí y me levanté corriendo en busca de mi móvil para comprobar la hora. Cuando lo desbloqueé, vi que eran las cinco de la mañana. Suspiré aliviada, en caso de que me preguntasen podría decir que me quedé por la sala tirada debido a la borrachera. Sin embargo, toda la calma que tenía se desvaneció al ver que tenía quince llamadas perdidas de Arthur, siete de Evelyn y ocho de Lucy.
El arrepentimiento comenzó a llegar a mí como una ola, ahogándome. ¿Pero qué había hecho? Sentí asco de mí misma, había engañado a mi novio de dos años y medio con su hermano pequeño. En caso de que se enterase, sería el fin de nuestra relación, la que tanto habíamos cuidado.
- ¿Qué haces ahí? Vuelve a la cama –oí a Chris decir con voz ronca.
- Tengo que irme –respondí vistiéndome, intentando no vomitar.
- ¿Qué? –preguntó levantándose de pronto-. ¿Por qué?
- ¿Por qué crees? ¿Quizá porque tengo novio y una casa en común con él, a la que todavía no he llegado?
La frustración que sentía estaba cada vez más presente. No quería perder a Arthur, no podía perderlo, pero sabía que mi error saldría caro. Terminé de recoger mis cosas y corrí a la puerta de salida.
- Espera, deja que te acerque a tu casa –Christopher se levantó de la cama y se vistió rápidamente-. No es seguro que vayas sola a estas horas.
- No nos pueden ver juntos, sospecharán –estaba al borde de un ataque de ansiedad, era todo culpa mía.
- Pues te dejaré a una calle, y esperaré a que entres al portal para marcharme –se acercó a mí y acarició mis brazos-. Tampoco quiero morir a manos de mi hermano.
- Es que qué hemos hecho, Christopher –susurré en un sollozo-. No debería haber pasado jamás.
- ¿Te arrepientes? –vi que sus ojos intentaban ocultar que mi comentario le había dolido, y me sentí peor. Estaba hiriendo a Christopher, y, aunque él no tuviese idea de ello, a Arthur también.
- Sí, Christopher. Siento decírtelo así, pero me arrepiento. Tengo una relación estable con...
- Lo sé, lo sé –me interrumpió y pasó sus manos por su pelo-. Pero ayer no parecías arrepentida.
- No sé qué mosca me picó ayer, pero no pensé con claridad.
Me eché a llorar, el haber dormido poco y el disgusto de saber que era un asco de persona pudieron conmigo. No sabía cómo iba a mirar al pobre Arthur a la cara cuando llegase, era la persona que menos se merecía esta situación, él siempre se preocupaba por mí y me trataba bien, y esa mi manera de devolvérselo.
El mareo que llevaba anticipando hacía un rato ya, hizo acto de presencia y corrí al lavabo. Me incliné sobre la taza del wáter y vomité todo lo que había cenado la noche anterior, jamás me había sentido tan mal.
La cara de Arthur no paraba de cruzar mi mente; desde su sonrisa, hasta su cara de decepción, que era la que más se repetía. Volví a vomitar, aunque estaba totalmente vacía.
- Alyssa, por favor, ponerte así no va a cambiar lo que pasó ayer –las palabras de Chris intentaban consolarme, pero solo me hicieron sentir peor y mis sollozos se hicieron más frecuentes-. No, no, por favor, no llores.
Me abrazó y me sentó en su regazo, acariciándome la espalda y suplicando que dejase de llorar, jurándome que encontraríamos una solución. Sin embargo, yo solo veía un horizonte negro, no veía una salida de ese error.
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Puro Delirio
RomanceAlyssa Wright pertenece a una de las familias de empresarios más prestigiosas del mundo. Su vida está completamente hecha debido a su futuro como dueña de la empresa de sus padres, sin contar que mantiene una relación amorosa con Arthur Lewis, hijo...