Capítulo 4

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Mi mandíbula se abrió de par en par, no podía creer lo que estaba ante mis ojos. Parecía que se iban a absorber mutuamente en cualquier momento, y por un instante, me entró la risa. Sin embargo, volví a mi pose seria al darme cuenta de que Lucy no vino a la subasta por estar liándose con Christopher. Eso quería decir... que el muy cara dura había dejado solo a su hermano con la empresa. Qué buen hermano.

Lo peor de todo es que ya le había advertido a Lucy sobre él, y ella me había ignorado y dejado sola para irse con él. Entendía que se sentía sola, pero tampoco era cuestión de abandonar a su mejor amiga en la barra con una frase cutre para irse con un chico con el que apenas había hablado. Ahora entendía la mirada y la sonrisa juguetona que tenía cuando se marchó.

Me acerqué a ellos y cogí a Lucy por la parte de atrás del vestido, separándola de los labios de Christopher de inmediato. Unos hilos de saliva quedaron colgando entre los dos. Joder, qué asco.

- ¿Pero qué haces? –le pregunté a mi amiga, desconcertada.

- Pues hasta hace unos segundos liándome con Christopher –respondió con molestia.

- ¿No te acuerdas de lo que te dije hace unos días? No es de fiar –la miré esperando que entendiera que lo hacía por ella.

- Creo que ya soy mayorcita para saber lo que me conviene y lo que no –espetó con frialdad, y me pilló desprevenida. Lucy jamás me había hablado así.

- Está bien, pues quiero que tengas claro que si vienes a mi casa llorando a las tres de la mañana, no te pienso abrir –mi voz se había agravado y Lucy se sorprendió, pero se recompuso al segundo.

- No te preocupes, dudo que vaya.

- Alyssa, ¿por qué...?

- Tú calla, que a ti nadie te ha dado vela en este entierro.

- ¿Podrías dejar de ser tan hostil conmigo, por favor? –pidió un enfadado Christopher-. Si estás celosa no es mi problema.

No pude aguantarlo más y me largué a reír en su cara. ¿Realmente pensaba que todo aquello iba por él? Es cierto que estaba muy bueno, que era demasiado atrayente, pero yo solo quería que mi amiga se alejase de él, no por celos, sino porque él no era una buena influencia para ella.

Las caras de desconcierto de ambos hicieron que me calmara poco a poco, hasta recuperar el aire en mis pulmones. Les miré a los dos para después dirigirme al moreno en específico.

- Deja de pensar que todo lo que me hago, pienso o siento tiene que ver contigo, porque estás muy equivocado.

- Alyssa, deja de ponerte en ridículo, anda –me dijo mi amiga, intentando sacarme del espacio en el que se encontraban ellos.

- ¿Pero es que no te das cuenta? ¡Te está utilizando y aún así le defiendes! –grité exasperada.

- ¡No me está utilizando!

- ¡Claro que sí! ¡Que sea guapo no significa que sea buena persona!

Me di cuenta de lo que había dicho y me callé, aún así no mostré vergüenza alguna. Vi por el rabillo del ojo a Christopher sonreír, y Lucy estaba con cara de querer matarme. Lo que menos quería era pelear con mi mejor amiga por culpa de un energúmeno como lo era el moreno.

- Lucy, ¿puedes dejarnos solos? –preguntó Christopher con una sonrisa socarrona.

- No, no puede –afirmé, sujetando a Lu por el antebrazo.

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