Capítulo 1

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Me encontraba tumbada en la cama que compartía con Arthur desde hacía año y medio observando con detenimiento la nueva foto que había subido Lucy, mi mejor amiga, a Instagram. Salíamos ambas vestidas de etiqueta en la fiesta que mi padre había organizado la semana pasada por mi vigésimo quinto cumpleaños. El pelo rojizo de mi amiga estaba recogido en un moño deshecho, por ello, llevaba unos pendientes dorados que le llegaban hasta el hombro. Su maquillaje era de noche, y su vestido era plateado con brillantes; además, me superaba en altura, unos dos centímetros grosso modo, por sus tacones dorados de quince centímetros. Yo, por el contrario, llevaba el pelo suelto, mis pendientes no eran muy llamativos y se ocultaban entre los mechones de mi cabello castaño; aquella noche había decidido utilizar un maquillaje natural, a excepción de mis labios rojos, que combinaban con mi vestido beige hasta las rodillas; mis tacones eran unos Louis Vuitton negros de doce centímetros. En la foto, ambas nos abrazábamos y sonreíamos ampliamente, deduje que fue el momento del reencuentro, ya que llevábamos sin vernos tres meses por los negocios de mi padre y de Arthur.

Le di like y continué mi andadura por esa red social, hasta que una mano en mi hombro me hizo sobresaltar. Levanté la vista y me encontré con mi novio, vestido de traje y con una sonrisa que le llegaba hasta las orejas. Le sonreí igualmente y me levanté de la cama con pereza, alisando el vestido azul marino que vestía en ese momento.

- No me apetece ir –murmuré cansada.

- Lo sé, amor, pero es necesario –me dijo Arthur, acercándose a mí y abrazándome por los hombros-. Nuestros padres cuentan con que acudamos, no podemos dejarles tirados.

- ¿Y si decimos que me he puesto mala? –pasé mis brazos por su cintura y apoyé mi frente en su pecho.

- Es una opción –asintió y supe que la estaba considerando-, pero no, Alyssa. Tenemos que mantener la imagen de ambas empresas. ¿Qué pensarían los demás si los futuros dueños de Falconfast y de Lightningbright no aparecieran en uno de los eventos más importantes de Nueva York?

- Pues, ¿qué van a pensar? Esa gente no piensa.

- ¡Alyssa, por Dios! –exclamó Arthur, aunque seguidamente soltó una carcajada.

- Por favor, Arthur, quedémonos. Estoy muy cansada –suspiré y acaricié su cabello rubio.

- Va a ir Owen.

En ese momento me animé por completo. Owen, Lucy y yo éramos mejores amigos desde el instituto, y saber que él iba a ir me alegraba la noche. Comencé a saltar de emoción y a gritar. Mi novio, por su parte, me miraba con diversión en sus ojos celestes; me cogió de la cintura y me llevó fuera de la habitación en dirección a la puerta para salir al descansillo. Conseguí soltarme de su agarre y corrí a coger mi bolso, en el cual guardé la cartera, el móvil, pañuelos de papel y mi pinta labios rojo.

- ¿Estás ya? –gritó Arthur desde el marco de la puerta.

- Sí, ya voy –respondí aproximándome a él-. ¿Llevas tú las llaves? ¿O llevo yo también?

- Vamos a ir juntos, así que si quieres solo las llevo yo.

- Por mí bien –me encogí de hombros y él me besó antes de salir.

Bajamos por el ascensor hasta el garaje, allí estaba aparcado el coche de Arthur, un lamborghini veneno de color gris. Ambos nos montamos y él comenzó a conducir hasta el Empire State, donde se celebraba la fiesta más importante del mundo empresarial.

La empresa de mis padres se llamaba Lightningbright, dedicada a la fabricación de automóviles de lujo. Era líder en los Estados Unidos y era una de las marcas más vendidas en Europa. Era importante que estuviera al tanto de la empresa, pues, cuando mis padres se jubilasen, mi hermana mayor, Evelyn, y yo, nos haríamos cargo de ella.

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