18. Familia

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Relata Jeongyeon

Había pasado un tiempo desde la última vez que me sentí tan pequeña. Estar parada ahí, en medio del hall, intentando no estropear la carpeta que sostenía entre mis manos, era como volver a ser una adolescente.

No sabía hacia donde ir, literalmente. Estaba en un punto medio del cual desprendían distintos pasillos por los que pasaba gente muy bien vestida. Frente a mí, un mesón, demasiado grande para una sola persona.

Me acerqué a la recepcionista y apoyé los papeles sobre la mesa.

-Buenas, hola, estoy buscando a Chou-

-¡Jeongyeon!

Volteé hacia mi derecha, Tzuyu apuró el paso, no venía vestida como las demás personas que supongo trabajaban ahí. Me tomó por la muñeca y se disculpó con la recepcionista mientras me arrastraba hacia uno de los pasillos. Mentiría si no dijera que se me apretó el estómago al poner un pie sobre la alfombra.

-Guau, qué linda te ves - mencionó una vez que estuvimos dentro del ascensor. Llevaba puesto un traje de dos piezas color gris, una blusa blanca y unos tacones no muy altos. -No era necesario tanta parafernalia, pero se agradece - agregó poniendo un poco de broma en lo que decía.

-¿Qué se supone que tengo que decir?

-Mmm, no sé, nunca he ido a una entrevista de trabajo. Pero si te sirve de consuelo, mi papá es super tela* y ya le hablé bien de ti. - guiñó un ojo muy segura de lo que hacía.

A pesar de ser un par de años menor que yo, sentí cierta inferioridad, después de todo ella fue la que estuvo moviendo los hilos para conseguirme esta entrevista.

Si pensaba que la entrada del edificio era gigante, esta weá* era colosal. No sabía exactamente en qué piso estábamos, pero a juzgar por el tiempo que estuvimos en el ascensor y la vista que lograba distinguir al final del pasillo, probablemente era sobre el piso 20.

Tzuyu golpeó la puerta despacio y entró sin esperar respuesta alguna. Tenía intenciones de quedarme afuera hasta que me dieran la instrucción de entrar, pero ella misma me tomó por la muñeca y tironeó hacia dentro de la oficina.

Había un hombre alto y canoso parado frente al ventanal, dándonos la espalda. Hablaba por teléfono, su voz era ronca, algo rasposa. Me sentí intimidada incluso antes de verle el rostro, pero al momento en que volteó pude ver su sonrisa y su tono de piel morena, que para ser sincera, me recordaba mucho a Tzuyu.

-¡Mi princesa! - abrió los brazos a penas nos vio paradas ahí. Dejó el teléfono a un lado, sin siquiera despedirse de la persona con quien hablaba.

Tzuyu correspondió el abrazo, pude ver como cerraba los ojos y encogía sus hombros entre los brazos del caballero, como si ese fuera su lugar favorito en la vida. Recordé lo mucho que me gustaba abrazar a mi papá.

-Tú debes ser Jungyeon

-Jeongyeon papá. - cargó la voz en la primera sílaba.

Hice una reverencia arrebatada, él en cambio me pidió estrechar las manos y ofreció una disculpa. Se me complicó mantenerme firme, estaba sudando e incluso temblando. Pasé la mano por mi pantalón antes de saludarlo.

-Buenas tardes señor Chou, gracias por recibirme en su oficina.

-Toma asiento.

Tzuyu acercó una de las sillas que estaban un poco más alejadas del escritorio y se sentó a mi lado. Me regaló una sonrisa simpática, no me ayudó mucho pero por lo menos con ella al lado mío estaba menos nerviosa. Su padre se sentó al otro lado del mesón, desabrochó los botones de su chaqueta y se puso cómodo.

girl crush | namo michaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora