Capítulo 13: Vayamos en serio.

162 15 8
                                    

Stokes, Nick.

Días transcurrieron en paz, David seguía siendo algo errático conmigo dentro del laboratorio, pero las veces que salíamos o disponíamos de un momento libre y a solas, se convertía en la persona más amable y carismática. ¡Y Santos Cielos! ¿Cómo no enamorarse de alguien así?

Y quién lo diría, lo que comenzó como una apuesta para terminar en una relación. Era casi irónico como los videos que son tendencias en las redes sociales, donde chicos o chicas muestran a sus mejores amigos y queriendo saber como sería su reacción ante un beso, se terminan dando cuenta que sienten lo mismo por el otro.

Pero en nuestro caso, fueron miradas. Miradas que por el momento siguen estando, como si la apuesta continuará; cuestiones pequeñas como esas me hacen sentir inseguro, pero luego de recordar el como David me había hablado aquella noche en el baño del bar, todo miedo o duda desaparecía.

—¿Que tanto piensas, Nick?— del silencio, la voz de Grissom resuena autoritaria y capaz, algo molesto.

—¡Hey, Grissom! Buenos días. Hace mucho que no pasaba por aquí.— por lo menos, aquél intento de conversación lo relajó un poco y me mostro una mueca que vendría a ser una sonrisa.

—Ja, veamos. ¿Que haré contigo?— en sus manos, como en cada mañana, tenía varias carpetas, cada una con un caso distinto. Aquellas carpetas solían ser repartidas, según su dificultad, a grupos de entre dos o tres CSI's de campo, para luego tener la disposición de todos los forenses de laboratorios ante cualquier necesidad o duda que se encuentre en la pista... Pero, esa mañana Grissom tenía otro factor que no lo dejaba repartir los expedientes: las vacaciones de los empleados y los empleados que exigen tomar sus vacaciones postergadas.

—Lo siento, pero debo darte doble turno. Estoy muy ajetreado con la temporada que se viene.— me dice mientras que me entrega tres carpetas. —Trata de que no se mezclen, ya sabes cómo manejarte de igual manera.— dice suspirando cansado.

—No te preocupes Gil, sabemos como es esto. Cuenta conmigo hasta que se calme la situación.— luego de esa frase, Grissom se retira en silencio y satisfecho por lo dicho.
Sería una larga temporada.

—Ah, me olvidé de comentarte.— reaparece Grissom por la puerta, solo que ahora me deja ver su cabeza, como si fuera un pequeño juego. —No tenemos muchos agentes de campo, y el laboratorio esta saturado. Dile a Hodges que prepare su equipo móvil y te acompañe durantes estos dias.— y así como había reaparecido se fue.

Era una sensación rara lo que aquella última frase causó en mí. La última vez que Hodges me había acompañado... hacía ya un tiempo, ya ni lo recuerdo.
Pequeños recuerdos: el motel. Dónde fue la última vez dónde estuvimos en campo juntos y era también, los primeros días de apuestas. Si no mal recuerdo.

Era todo un dilema, pero como no sentirse así. David causaba muchas sensaciones nunca antes experimentadas.
Por inercia levanto mi mirada, derecho hasta su laboratorio. Él se encuentra bailando al ritmo de un clásico mientras que observa con fascinación sus análisis y microscópio.
Y David Hodges nunca se equivoca cuando dice sentir una mirada sobre él: al levantar su mirada, de forma inconsciente, fijo su vista en dónde estaba. Y al darle una sonrisa a la vez que le llamaba con la mano, él de ojos grisáceo no dudó en ir hasta mí.

—Buenos días, Stokes.— me dice al entrar a mi área. —¿En que puedo ayudarle?— ante aquella pregunta, lo único que me daban ganar de decirle era se arrodillara y me la comiera; pero no. No es el momento, ya habría tiempo para eso. Así que sin muchas vueltas, le extiendo las carpetas que Grissom me había entregado.

—Estos casos tenemos asignados.— le digo sin más, esperando ver su reacción.

—¿Como es eso de "tenemos"?— pregunta curioso y confundido, pero más que nada, felíz.

—Estamos escasos de personal. Grissom te asignó conmigo, así que ve y prepara tu equipo, nene. Te veo en el estacionamiento.— él sólo sonríe, después de todo estamos en el trabajo.

—Bien, te veo abajo.— responde de igual manera mientras en su rostro se dibuja una sonrisa ladina y me guiña un ojo.

¡Vaya que aquello era una guerra de miradas!

Y como lo habíamos dicho, nos encontramos en el estacionamiento, listos para aquella larga jornada que nos esperaba.
Mientras nos dirigimos hacía la escena del crimen, temas triviales dan lugar a una agradable conversación entre ambos:

—¡Seguro qué sí!— responde David riendo. —Cuando todos vuelvan de sus cortas vacaciones se van a encontrar con una cantidad de papeleo.— dice asegurando que todos aquellos casos que sean resueltos estarán aguardando para aquellos empleados que se fueron de franco en la peor temporada en lo que respecta a Las Vegas.

—Jajaja, ¿no me digas que por eso nunca tomaste el primer turno de vacaciones?— le pregunto curioso, pues, David solía salir de vacaciones fuera de temporadas; y ahora mismo me quedaba en claro el porqué.

—No me digas que nunca te diste cuenta de eso.— me replica como si fuera lo más obvio del mundo, y con la vergüenza cubriendo mi rostro, me atrevo a negar sobre tal tema. —Bien, en ese caso "CSI Stokes". ¿Dónde tienes pensado ir a pasar tus vacaciones?— me pregunta curioso mientras abría su puerta y bajaba de la camioneta. Para cuando nos volvimos a encontrar ya dentro de la escena del crimen, su rostro llevo de intriga me siguen, esperando su tan ansiada respuesta.

—No lo sé, no me había puesto a pensar en ello.— le digo mientras comenzaba a registrar la escena.

—Mmm, bien. Tu ganas. Pero después retomaré esta conversación.— me amenaza en broma, mientras que él también ponía manos a la obra.

Por supuesto la labor era amena, mientras acompañamos nuestros movimientos en silencio y, de vez en cuando, con miradas, de aquellas que compartían sentimientos puros e inocentes.

—¿Tú tienes algún lugar en mente para vacacionar?— me pregunta David. ¿Que si lo tenía? Por supuesto que sí, pero desde que David empezó a rondar más por mi mente, solo tenía la idea de que todo lo que haga en un futuro, lo haría junto con él.

Lo miro sonriente: —Podría comentarte algunos de mis planes. Pero, se trata de ambos lo deseemos.— guardo mis instrumentos y le extiendo mi mano.

—¿Y?— me cuestiona ansioso, mientras toma mi mano, entrelazando su dedo indice junto al mío.

—Y... que nada nos impida tomarlo.— y con aquella oración, abandonamos la escena para dirigirnos a nuestra próxima parada.

El desierto, tan solitario y extenso. Lleno de misterios y secretos: como lo era la escena número 3 a la cuál nos estábamos dirigiendo.
El aire acondicionado estaba a todo lo que daba, el sol en su máximo esplendor por la hora. El tráfico, el constante sonido de bocinas y del murmuro de la gente, sirenas, y demás, todo aquello que caracteriza a la ciudad que nunca descansa, ya había sido abandonado. Ahora estamos ambos, en silencio, con música sonando suave por los stereos, mi vista fija en el camino y la de mi acompañante en el paisaje que va pasando.

—Tengo pensado en ir a Texas.— digo sin más, rompiendo aquel cómodo silencio. David me mira con una sonrisa. —Tiene un bonito paisaje a la hora del atardecer. Un cielo de un color azul profundo con salpicaduras de brillantes estrellas blancas y pequeñas y suaves nubes teñidas de naranja-rosa por el sol poniente.— le describo. —Es un paisaje que no se acostumbra a ver seguidamente, y menos estando en Las Vegas.

—Pero si eres todo un poeta.— dice David. Ambos reímos, mis recuerdos vagan fácilmente, el mundo era lo suficientemente grande para hacerme olvidar de muchas cosas, millones de personas y miles de paisajes. Todos ellos eran un misterio como el desierto que recorriamos.

—Me parece bien, después de todo: seremos tú y yo.— En ese momento, la cosmovisión se vuelve una; o talvez dos. David acaba de aceptar la simple y unica idea de mi cabeza. —Algo pronto, pero... me gusta la idea de pasar tiempo a solas, sin laboratorio, hojas en mano, o cuerpos muertos.

CSI: JUEGOS DE MIRADAS [David Hodges y Nick Stokes] (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora