Capítulo 11: Las mentiras tienen patas cortas.

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Stokes, Nick.

Cuando llegué al bar, me puse a buscar con la vista a Warrick (quien no fue difícil de hallar), el mismo estaba sentado en el bar con la simple compañía de un vaso de whisky.

Me adentro aún más, casi llegando a su ubicación, y como es normal entre nosotros, le saludo alegre: haciendo que derrame un poco de su bebida por la larga mesa.

—¿Día difícil?— le pregunto curioso, pues, las veces que nos reuníamos y tomábamos era porque a alguno de los dos lo necesitaba, ya sea por cuestiones de trabajo, familia, amigos, de dinero o... amoroso. —Tranquilo amigo, yo ya estoy aquí. Ahora, solo te toca a vos beber y dejar que todos esos problemas que te atormente se vallan.— dije. Con una seña llamo al cantinero, y posando un billete grande le pido una botella completa de whisky, el mismo que Warrick ya estaba tomando. —Bien, veamos. ¡Oh! Mira, Jack Daniels.— Warrick solo me mira. No emite sonido alguno, sus ojos lucen tristes y lo hacen parecer aún más viejo de lo que es.
Destapo la botella de líquido color dorado y me dispongo a verterla en el vaso de shot.

—¿Quieres hablar de lo que te moleste? Sabes que puedes confiar en mí. Y es más, toma tranquilo que yo te llevo a casa.— le sugiero para quitar un poco de tensión. Todo lo que menos quería pensar es que se halla enterado lo de David y yo, y que esa sea la razón de su estar.

—En ese caso, esperemos que el alcohol haga efecto y capaz, mi "yo" inconsciente te responda todas tus dudas.— dice mirando hacía un punto incierto. De un solo trago vacía el vaso de shot, para luego estirar su mano y arrebatarme la botella completa (que al igual que el vaso) la deja a la mitad en solo cinco largos tragos. —Sólo... espera a que este borracho y allí pregúntame todo lo que quieras.— se puso de pie y se dirigió a una de las mesas con sillones.
Esto honestamente me olía mal.
Miré el reloj digital que muestra la pantalla de mi celular: 11.59 pm. Es tarde pero no podía dejar de pensar en lo peor.
No lo dudé más y llamé a David.
Sonó una. Dos. Tres veces. Y para la cuarta, su voz suena leve:

—¿Hola?— me pregunta apacible.
—¡Hey! Dave, ¿cómo estás?— le respondo con otra pregunta, y David odia que la gente haga eso. Pero ese no es lo primordial, me recuerdo.

—¿Sabes que hace tan solo unas horas nos terminábamos de ver, no?¿Que sucede, todo bien con Warrick?— y allí estaba lo que no quería hablar, y menos con David, porque él no sabe los sentimientos de Warrick hacía él.

—¡Oh! Sí, si. Todo bien, ahora mismo esta tomando un Jack Daniels.— le comento sin más.

—¿Entonces, para que me llamas?— esa pregunta no me la esperaba. ¿Por que lo estaba llamando exactamente?. —¿Hola?¿Sigues ahí, Stokes?—.

—¡Claro, si! Tienes razón, perdona por haberte molestado. Debo irme, descansa.— no esperé a que David me devolviera el saludo, solo le corte de golpe. Cuando estaba por guardar el celular en mi bolsillo, comienza a vibrar como lo hace cuando me llega un mensaje.

"Buenas noches para ti también."

Sonrío ante aquel gesto de Hodges, porque es difícil que el se tome un tiempo para algo de ese tipo. Ahora si, una vez que guardo mi celular en mi bolsillo, voy para donde Warrick esta. A su costado la botella de Jack Daniels yace vacía.

—Pide otra más, por favor.— de inmediato hago un gesto a lo lejos a una de las camareras, y le señalo la botella en alto. Ella entendiendo el mensaje, me pide que le aguarde unos momentos, y sin haber esperado mucho, lo trae hasta la mesa.

—¿Noche difícil?— me pregunta curiosa sobre el estado de mi compañero. Asiento, pero no le digo nada más sobre el tema. Extiendo mi mano con otro billete de 50 dolares, ella lo tomo y se fue directo a la caja registradora. Al rato me trae el cambio.

CSI: JUEGOS DE MIRADAS [David Hodges y Nick Stokes] (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora