Capítulo 2: Sin camisa.

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Al día siguiente de la apuesta, David se retractaba, ¿Cómo es que no lo vio venir? Greg solo le había deseado suerte, pues, si había aprendido algo el joven CSI, era que no debía apostar con Nick ya que él siempre salía ganando algo.

Se sentía idiota, ahora sería el quién se tenga que aguantar los coqueteos del castaño durante el trabajo.
Se puso a trabajar como cualquier día, lo único diferente era no estar desprevenido ante la posibilidad de aparición, de ahora, su apostador rival.

—Si seré idiota, como no se me ocurrió.— se dice así mismo; ya llevaba un rato pensando en como ganar aquella trampa y la respuesta había estado frente suyo y aun así no la habia visto. Él ya tenía ganada la apuesta, y todo lo que tiene que hacer es no caer en los "encantos" del CSI Stokes.

Feliz por su hallazgo ante las dudas de la vida misma, se puso a trabajar, terminando expedientes anteriores y atrasados, olvidándose de la hora por completo; de todas formas que importaba unas horas extras, no le hacían mal; pero para cuando se había dado cuenta eran ya las 1.15 a.m.

Tal vez, sí se le halla ido un poco el tiempo.

Ya casi no había muchas personas rondando por aquellos pasillos, un escenario un tanto raro para él, ya que estaba acostumbrado a esquivar a las personas, preguntando si habían visto a tal persona o si ya habían conseguido alguna muestra para analizar. Otra cosa que no pudo pasar por desapercibido en su cabeza fue el hecho de no haber visto a Nick durante todo su turno.

—Tal vez solo se halla dado cuenta de lo mal que hizo en apostar algo que no puede cumplir.— se burla David a la vez que ingresaba a los vestuarios, de por sí vacíos, ya que no se esperaba que nadie quiera bañarse a altas horas de la madrugada con un clima bajo.

—No, para nada; estuve afuera todo el turno y no me dio el tiempo de visitarte.— rápidamente se da la vuelta, y ahí estaba, tenía frente a sus ojos un Nick semidesnudo recién duchado; ahora ambos se encontraban solos, distanciados del poco personal que todavía cubría su turno nocturno. David, trató con todas sus fuerzas en no ver detenidamente cada músculo que ahora Nick le estaba enseñando, apartar la vista le resultaba difícil; o no como él esperaba. Se volvía a repetir su plan: No caigas en sus encantos. Decidió por quedarse parado un rato poniendo resistencia, como si congelado estuviese; luego prosiguió a acercarse a su casillero e hizo como si buscase algo, lo que sea. Nick lo miró detenidamente, para luego sonreirle. Sabía cuanto le gustaba a David oponerse, y la idea de que el de ojos azul se haga el difícil aumentaba aun más sus ganas de tratar de conquistar aquel incansable deseo; siguió con su rutina, siendo ahora David quién lo miraba atento. Sacó una camisa nueva de su casilla y se la puso lento, tensando cada uno de sus músculos del abdomen, pectoral, deltoíde y oblícuos, entorno al campo visual del de ojos azul. Una vez puesta la prenda le mira de reojo; David seguía haciendo gestos de estar buscando dentro de su casillero y sin pensarlo dos veces toma un cuaderno, que por casualidad, tenía por allí; lo malo del movimiento "desapercibido y casual" fue que lo tomo al revés. Pero todo eso no era lo importante, sino, era que aún así, David, seguía atento a los movimientos del castaño; cierra su casilla, se acomoda la camiseta y por último, se termina de abotonar el pantalón. —¿Acaso la camisa tiene alguna mancha, Hodges?— la pregunta provocó que David pegase un salto en su lugar.

—¿Qué dices, Stokes? Sólo te estoy mirando porque tú me estás mirando.— contesta con su frente en alto y fisonomía seria. No se iba a dejar ganar por alguien como Nick. No. No lo haría. Para Nick, la ironía de David, era lo mas lindo que podía ver durante su, largo y cansador, día en aquellas calles; que junto al sarcasmo característico del de ojos azules solía usar, hace incrementar el gusto y las ansias del CSI Stokes.
Ya ambos estaban jugando con la suerte. Sus miradas comienzan un juego, donde ambos se pierden por unos instante en el otro. David nota como Nick se muerde el labio, mientras que la misma es acompañada por una ceja en alto y un guiño coqueto.

Hodges David no respondió, ni siquiera estaba respirando. Su mirada se tornaba a una con desconcierto y duda; Nick ya estaba preparado para gritar por ayuda, pero no la necesitó, para cuando menos se lo había esperado, cuando mas baja tenía su guardia, David le regalaba una sonrisa que nunca le habían visto tener, una sonrisa que llevaba consigo la palabra: ego y engreído dibujados. Una sonrisa que lo había hecho lucir mucho más sexy; y como todo persona asombrada Nick no pudo evitar el no entreabrir un poco sus labios.

—Es de mala educación estar con la boca abierta.— dijo por último el técnico de muestra de rastros; su dedo índice apoyado debajo de la mandíbula del CSI, para luego cerrarla suave; todo esto aún con la nueva y rara sonrisa que David le estaba "regalando" al asistente del supervisor.

De a poco su sonrisa fue borrándose de su rostro para terminar siendo una media sonrisa. Dejó su cuaderno de vuelta en el casillero y se encaminó hacia la salida para luego desaparecer en los pasillos poco transitado.

Todo hecho con la compañía del silencio.

"Yo también puedo jugar a ese juego."

Era el pensamiento que rondaba en las cabezas de ambos criminalistas.

CSI: JUEGOS DE MIRADAS [David Hodges y Nick Stokes] (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora