CSI: JUEGOS DE MIRADAS [David Hodges y Nick Stokes] (Pausada)

Capítulo 12: Porque te escucho llamarme en sueños.

Hodges, David.

Otro día de trabajo, otra tarde sin despegarme de mi lente microscópico.
La relación entre Nick y Warrick está algo tensa, y de vez en cuando Nick y yo tratamos de no estar muy pegados estando cerca de Warrick para no causar mucho más drama del que ya habíamos tenido hace unas noches atrás en el bar.

Las cosas están demasiado frágiles.

Ese día al finalizar mi turno, no dude en ningún momento sobre poder llegar a casa, lugar donde arribé mas que exhausto. Me duche, me cambié a mi pijama y me tire directo a la cama.
Sentía como cada músculo se relajaba, también escuché una que otra articulación crujir. Pero al fin y al cabo, mi propósito de dormir, no tardo en cumplirse.

Y es aquí donde todo comienza. Mis ojos pesan demasiado como para mantenerlos abiertos, la oscuridad de mi habitación se hace cada vez más abrumadora y todo sonido proveniente de las calles de Las Vegas se van apagando hasta el absoluto silencio.

Me encuentro en un pasillo, que poco a poco gana algo de luz. El sonido de una risa se hace escuchar en el eco.

"Yo conozco esa risa."

Y sin más la sigo como un mapa; Nick podía llegar a ser el tipo de persona que puede hacer que con su constante energía, termines soñando con él, como si fuera parte de un trauma. Giro algunas esquinas en varias ocasiones, y aquella risa de la cual me estoy haciendo adicto se empieza a escuchar con mayor claridad.
En frente mío se halla una puerta. Me acerco con cautela y la abro, y una luz mucho mas intensa ilumina todo.
Estoy en los laboratorios, los empleados caminan como si yo no cruzara por sus lados. Sus rostros no se distinguen y mucho menos los papeles o cosas que llevan en mano: clara señal de que estoy en un sueño.

Nuevamente, su risa se oye y es el único a quién puedo verlo realmente.

"Vamos Hodges, ¿A que esperas?"

Me llama desde su lugar, completamente alegre y animado. Yo camino hasta él y lo sigo, después de todo no perdía nada en mi propia fantasía.

Sus manos me toman y me empiezan a guiar, el escenario comienza a cambiar y sin pensarlo demasiado, terminamos en los vestuarios y duchas de caballeros del departamento.

No hay muchos rodeos, Nick me besa suave hasta que le correspondo, y al instante de obtener mi permiso sobre el contacto físico, se aventura a intensificar el beso.
Pero había que aclarar, que de todos modos besarnos no está haciendo nada para mejorar el estado de nuestro flujo de aire, y seminal. Mi corazón todavía está tartamudeando a su ritmo habitual, mi respiración pesada y desigual. Y como no hacerlo, si tengo una vista sensual de Nick arrastrándose sobre mi hasta llegar a mi pantalón con descaro, plantando un beso perezoso y húmedo sobre mi área viril.

Y como lo había dicho antes: "Nick es el tipo de persona que..."

...tranquilamente puede hacer una mamada de dos minutos y que se sienta como si te hubieran follado por varias horas de corrido. Con sus ojos me juzgan, como era propio de la profesión de la familia; me juzgan acerca de mi resistencia, y ¡Dios! Si fuera Nick quién me torturase en el infierno, me entregaría totalmente y me dejaría que me humille de todas las maneras posibles.
Su ojos brillan, como si hubieran leído mis pensamientos impuros y fuera hora del castigo: su boca viaja hasta mi cuello, una parte favorita de Nick, donde aprovecha el movimiento para atacar al costado de mi garganta y poder chupar y morder mi sensible piel.

Un suspiro se me escapa de entre los labios, lo rodeo por el cuello y mantengo su cálido aliento contra aquél lugar que tanto disfrutaba maltratar.