VII. GOLF

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Miércoles, 18 de noviembre, 1600 h.

A 5 días y 3 horas de la primera absorción de energía.

Pasamos un poco de turbulencia. El viaje a Tel-Aviv sería rápido. Busqué en el depósito del jet alguna bebida alcohólica. Solo encontré dos pequeñas garrafas de vodka. Abrí las dos y le di una a Josh.

"Bebe." Le ordené.

Él estaba recostado en uno de los asientos y asegurando su hombro derecho herido con la mano izquierda. Peter me entregó el kit de primeros auxilios y comencé a sacar los implementos que utilizaría para extraer la bala del hombro de Josh.

"Intenta relajarte más." Quité su mano derecha y con una tijera rompí la camiseta verde que tenía.

"Voy a necesitar más vodka." Me dijo cuando vio el bisturí en mi mano.

Le coloqué una toalla en la boca. "Muerde esto. Seré rápida. Lo prometo."

No era la primera vez que extraía una bala. Mojé todo el hombro con vodka mientras Josh ahogaba los gemidos en la toalla. Hice una pequeña incisión en el agujero que la bala había dejado y rápidamente introduje las pinzas. Peter estaba asistiéndome con su par de ojos queriendo salir del rostro. Saqué la bala y costuré. Cuando finalicé, le di un analgésico y un antibiótico.

"¿Qué fue lo que hiciste?" Me había dicho esa mañana al salir de la casa del profesor Ahmad.

"Tenía que hacerlo."

"Dime todo lo que ese hombre te dijo."

"Sabes que no te voy a decir nada. Vamos a la Universidad a seguir la pista que él me dio sobre el arma."

"Vivienne, McNamara te va a caer encima como acero fundido después de esto."

"No sirve de nada lo que digas ahora. Tú y toda la Agencia sabían que esto iba a pasar. Por eso la CIA me mandó. Por eso la Consejera General de departamento estaba en esa reunión para monitorear el conflicto de interés de la misión."

"¡Pero es una exposición explícita! Las consecuencias pueden ser fatales. Esto le puede costar la vida al profesor Ahmad."

"El pobre hombre no tiene más motivos para seguir viviendo."

"¿Cómo puedes ser tan fría?"

"¿Cómo puedes tú hacerte el ignorante conmigo? La CIA me ha manipulado y tú eres parte de esto." Entramos en el carro y Josh comenzó a manejar. Reacomodé la burka en mi cabeza.

"Es verdad. Pero mi principal objetivo es protegerte."

"No necesito de un protector. Tuve uno hasta hace meses y créeme que no quiero a otro."

"No sabes lo que dices."

"Lo único que sé es que mis padres están muertos por culpa del gobierno Americano y voy detrás de cada respuesta posible."

"¿Te das cuenta que le estás diciendo eso a un agente de la CIA? Te puedo acusar por traición."

"No lo harás."

"¿Qué te hace pensar que yo..."

"Tu principal objetivo es protegerme, ¿cierto?" Lo corté en seco. "Yo no quiero traicionar a mi país, quiero llegar al fondo de todo lo que está envuelto en la muerte de mis padres. Además, la Agencia me envolvió consciente de mi relación con la científica principal del proyecto. Ellos quieren respuestas, pero yo las voy a tener primero."

Él se quedó callado y fuimos directamente a la Universidad Americana de Beirut en busca del conserje de la escuela de medicina. Cuando lo encontré y le dije la frase que me había dicho el profesor, él se sorprendió, me miró a los ojos y me pidió que lo siguiera. Ya era mediodía. Lo acompañé hasta un antiguo, oscuro y empolvado depósito de archivos muertos, detrás de una vieja biblioteca. Caminó hasta el último armario y sacó un sobre viejo amarillo que estaba dentro de una de las cajas de archivo en el estante inferior. Me lo dio y me pidió amablemente que me fuera. Palpé el sobre por fuera y pude percibir que había un libro adentro. Me encontré con Josh en la entrada de la biblioteca y ambos seguimos rutas diferentes pues Peter ya había detectado que estábamos siendo seguidos por un grupo de terroristas. Teníamos que separarnos. Salí de la universidad y caminé dando zancadas en las aceras de Beirut. Mi corazón se aceleró y después de mucho tiempo, sentí miedo otra vez...

Josh rápidamente se quedó dormido después de haberle extraído la bala.

Me acomodé en mi asiento y lentamente abrí el sobre que había sacado ese día de la AUB. No quise esparcir el polvo dentro del pequeño avión en el que viajábamos así que fui muy cuidadosa. Era un cuaderno empastado de color negro con dos iniciales en la esquina inferior derecha. P.S. Me estremecí desde la cabeza hasta los pies. Abrí la capa. Reconocí su letra escrita. Tenía varias cartas de ella que Naty había conservado. Sentí que la tenía al lado. Era como una mezcla de curiosidad, miedo e impotencia. Comencé a leer. Al principio sentía que no entendía nada. Neurociencia, moléculas, teste en animales, desintegración de nucleídos, núcleos y más núcleos, leucocitos... ¿Qué rayos era esto? Teste número uno, teste numero dos... Llegó un momento que pasaba las páginas y solo leía los títulos... Teste número treinta y uno... fusión sin suceso.

Teste número treinta y dos:

Huésped: Ratón albino.

La fusión de este nuevo radioisótopo con los leucocitos es increíble. Juntos, actúan como un escudo para el huésped (...) Sobre los efectos colaterales, el menos perjudicial es el trastorno del sueño, por lo que puedo de alguna forma, manejar las neuronas para obtener descargas eventuales, como una pequeña anomalía, sin afectar al huésped (revisar la alteración en la cadena de Citocina-Guanina). Esto hará que el cuerpo duerma mientras que el cerebro está trabajando para limpiar las moléculas muertas usando los riñones (...) Para controlar la descarga eléctrica, aislamos los radicales libres dentro del núcleo del radioisótopo para proteger el cuerpo, pudiendo equilibrar la carga eléctrica a la que el huésped es sometido (...) Realizar el próximo teste con un mililitro de solución. Necesito hacer el teste en un humano. El huésped pereció después de setenta y dos horas.

Estaba concentrada, con el corazón casi para estallar y con muchas ganas de vomitar.

Teste número treinta y tres:

Huésped: Humano.

El mismo resultado que el teste número treinta y dos (...) Conseguí restaurar las neuronas y el huésped necesitó dormir para conciliar el intercambio de energía. El huésped no resistió y pereció una semana después. La fusión con los leucocitos fue completa pero el cuerpo lo rechazó. ¡Necesito conciliar esto urgente! Ya esto lo tenía previsto. Pero es un experimento que no puedo realizar (...) Un huésped en desarrollo y en constante crecimiento es el ideal para contener el radioisótopo (...) Estoy siendo perseguida, amenazada y no quiero continuar con esto. Es el trabajo de mi vida y es injusto que pague con la muerte por él (...) Ya me queda menos de un mililitro de solución. Voy a llevarla a los Estados Unidos y buscaré la forma de hacer que esto funcione sin usar un niño.

Estaba sudando frío cuando prácticamente ya lo había entendido todo.

Teste número treinta y cuatro:

Me van a matar. Nos van a matar a todos. Perdóname.

Fin de las anotaciones. Las palabras de Matthew venían a mi cabeza una y otra vez. "Es Curio. Un radioisótopo."

Cerré el cuaderno, cerré los ojos y respiré profundo mientras contaba hasta treinta. Yo era el teste número treinta y cuatro.

RADIOACTIVA - BlackoutsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora