XI. KILO

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Lunes, 23 de noviembre, 1100 h.

A 8 horas de la primera absorción de energía.

Matthew aceleraba lentamente la velocidad de la estera. Me sentía llena de energía y corría serena a medida que aumentaba el ritmo. Llevaba conectado un monitor cardíaco que nos mostraba el desempeño de mi sistema circulatorio durante la evolución del ejercicio físico. Veintidós kilómetros por hora. A cada dos minutos él me hacía subir el ritmo. Veinticinco kilómetros por hora. Mi respiración acelerada me obligaba a mover con fuerza las piernas y después de tres minutos quería parar. Miré a Matthew.

"Sí puedes. Créeme." Me dijo

Negué con la cabeza mientras seguía corriendo. No podía hablar. Me llevé la mano derecha al oído y le hice entender lo que necesitaba para seguir corriendo. Se levantó de la silla y salió de mi vista. Después de treinta segundos comencé a escuchar la música electrónica que él había colocado. Mi cerebro activó mis emociones y conseguí apegarme al ritmo que llevaba.

"Corre hasta donde no puedas más. Hasta donde sientas que vas a desmayar." Me pidió.

Comencé a pensar en todo lo que había pasado el día anterior. Matthew me había pedido que comenzase a conocer mi cuerpo, mi estructura química. Él creía que era la mejor forma de controlar los blackouts, sobre todo para saber cuándo podría tener uno, así anticiparme y prepararme. Era como estar aprendiendo a vivir de nuevo.

"¿Crees que pueda tener una vida normal?" Le había preguntado durante la cena. No había salido del hospital. Él llevó una pizza de pepperoni y un delicioso Cabernet Sauvignon.

"Creo que has tenido una vida normal hasta ahora y la seguirás teniendo, estés donde estés."

"Me refiero a... tener hijos."

"No lo sé. Eres fértil. Pero existe un noventa y nueve por ciento de probabilidad de que tus hijos nazcan con la misma estructura química de tu cuerpo."

"Entonces la respuesta es no."

"Eso depende de ti. Cuanto más te conozcas, más podrás darte cuenta de que tal vez, sea mejor tener descendencia. No sabemos lo que va a pasar en este mundo. Lo que sí sabemos, es que tu madre se anticipó, creó la cura y te hizo superior a cualquier otro ser humano sobre la faz de la tierra."

No sentía conforto en sus palabras. Yo simplemente no aceptaba mi condición.

"Si la ciencia quiere tanto lo que yo tengo, ¿por qué entonces no buscas la forma de crear por medio de mi sangre esa molécula y hacer testes como ella hizo? Así yo desaparezco y habré cooperado con la causa por la que ella murió."

"No es tan simple como lo dices. Créeme que hice algo similar. Los conejos de indias que usé, murieron en menos de dos horas con signos de radioactividad. No es algo que pueda extraer de tu sangre ni crear de la forma que ella lo hizo. No tengo el paso a paso. Por eso te dije hoy en la mañana, no sé ni por donde comenzar."

"Me imagino que entonces es algo que nunca podré extraer de mi cuerpo, ¿cierto?"

"Imposible. El curio es parte de ti. Podemos hacer otros testes si extraigo un poco de tu médula ósea, pero necesitaré tu consentimiento y tenemos que estar mejor preparados."

"¿Mi consentimiento? Creí que ya lo tenías para hacer todas las pruebas que quisieses."

"Esto es diferente. El aspirado y biopsia de la médula ósea es un procedimiento médico invasivo. No es como una donación de sangre común. Es una extracción hecha directamente por la columna vertebral y requiere de anestesia. Es un poco doloroso."

RADIOACTIVA - BlackoutsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora