IX. INDIA

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Sábado, 21 de noviembre, 1800 h.

A 2 días y 1 horas de la primera absorción de energía.

Llegué a la casa de Naty y ella no estaba allí. ¿A dónde podría haber ido? Me sentía mal por la última conversación que habíamos tenido y necesitaba verla. Recorrí toda la casa buscando una pista de su posible paradero sin suceso. Subí a mi cuarto mientras pensaba en una idea de decirle que iba a desaparecer por un tiempo y que pronto la buscaría. No podía llamarla ni escribirle. Tenía la seguridad de que mi teléfono estaba grapado.

Busqué en mi armario una muda de ropa deportiva que cupiese en mi cartera para no levantar sospechas al salir de la casa. Busqué uno de mis pasaportes falsos y cogí el dinero que tenía en una de mis agendas escondidas en la parte superior del armario. Mil doscientos dólares. Tal vez iba a necesitar más. No podía usar mi dinero electrónico. Desprevenidamente, la cortina de una de las ventanas estaba entreabierta y noté un sedán negro en la esquina de la casa. Me acerqué un poco más y al otro lado de la calle había otro carro igual. Joder. Ajusté mi Bersa Thunder en mis pantalones.

Me senté en la cama y comencé a pensar. No podía dejarle pistas a Naty. Lo más probable era que uno de los carros me siguiera y los agentes del otro carro entrarían a la casa a buscar alguna evidencia que justificase mi posible traición. Alex. Tenía una oportunidad de oro con Alexa. Al fin y al cabo, nuestros juegos infantiles iban a ayudarme a escapar.

"Creo que quiero comer helado de fríjoles." Le dije con sarcasmo cuando teníamos doce años. Estábamos solas en medio del bosque escondidas en una caverna de piedras mientras aprendíamos a encender el fuego en medio a mucha humedad.

"¡No seas tonta! Es el código más estúpido que ya escuché en toda mi vida." Me respondió.

"Es tan estúpido como la razón por la que quieres que exista." Sonreí al recordar eso.

"¿Cuál es el problema de tener un código cuando me guste algún chico?

"Es un código inservible y no se adapta a los criterios que estamos usando para crearlos. Recuerda que nuestros códigos son para cosas de vida o muerte. Esto es serio Alex. Es como en las películas. Si vamos a ser militares como tu papá, tenemos que ser inteligentes."

Ambas teníamos frases secretas.Tenía que llamarla. Era la única que podía ayudarme en ese momento. Cogí el celular. Tenía decenas de mensajes de ella aún sin responder. Respiré profundo sabiendo que me llevaría un buen regaño al estilo del Coronel. Busqué su número en la agenda y la llamé.

"¿Dónde diablos has estado?"

"Estoy bien Alex, gracias por preguntar. Aunque me duele toda la columna."

"¿Cómo?"

"Toda la columna Alex, me duele horrible. Debe ser por el viaje que hice esta semana."

Hubo cinco segundos de silencio. Mi corazón se aceleró nuevamente y solo podía aguardar su reacción. Sabía que ella estaba intentando recordar.

"Entonces duerme y tómate algún analgésico. ¿Dónde estás?" No sabía si ella estaba siguiendo el hilo de la conversación.

"En casa de Naty. Pero ella no está aquí. ¿La has visto?"

"Hace días que no la veo."

"Quería ir a mi apartamento pero realmente quiero ir a tomarme unas cervezas con mi mejor amiga." Más cinco segundos de silencio. "¿Alex?"

RADIOACTIVA - BlackoutsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora