Darwin.
El chico llamado Gumball curó mis heridas y parecía verdaderamente un caballero, cargándome hasta su casa, siendo muy atento... es amable y dulce. Una sonrisa tonta se dibujó en mi cara al decir esto y al pensarlo con claridad tuve que darme a mí mismo una bofetada. En verdad era todo lo anterior pero... se supone que he venido hasta aquí para encontrar el "verdadero amor" y que padre me permita casarme con esa persona.
Aunque si lo meditaba detenidamente en nuestra especie se da comúnmente que los machos y hembras se apareen con personas del mismo sexo, incluso se da la procreación de hijos dentro de ésa relación. ¿Entonces por qué yo ponía "pero" con éste chico?. Quizás me incomodaba el hecho de ser mi salvador y más aún un hombre tan joven que sabe Dios si anda por estas andadas.
— Oye Darwin — casi salto de mi asiento de la sorpresa que me provocó su tacto en mi hombro — Eh... ¿estás bien? — me miró con extrañeza y preocupación.
— Eh... sí, lo estoy, gracias. ¿Qué ibas a decirme? — pregunté con el poco aire que me habían dejado hablar mis pobres pulmones.
— ¿Te apetece darte un baño? para estar más cómodo, antes de sentarnos a la mesa a comer —
— Me parece bien, ¿Qué hay de comer? — pregunté ansioso pues en verdad tenía hambre.
— Filete de pescado envuelto en acelgas al vapor, ensalada fresca y agua de sandía — de solo oírle la boca se me había hecho agua hasta tirar baba — Em... tienes algo de saliva en tu... — no terminó la frase cuando ya se había acercado a mí para retirar ése pequeño detalle de mis labios — Listo. Bueno, te dejo ducharte, yo terminaré de preparar la mesa y lo demás — despeinó mi cabello con sus dedos antes de irse.
¡¡Ese chico me ponía los nervios de punta por sólo un roce!!. Apreté los dientes y párpados tratando de contener la emoción que sentía al estar a su lado.
De la nada la concha que me había cargado de casa empezó a emitir un dulce sonido que sólo los de mi especie podíamos percibir. Me entró algo de pánico por saber quién era la persona que deseaba contactarme y me escabullí a lo que parecía ser el lugar del que me había hablado Gumball hace rato, donde se supone los humanos lavan su cuerpo con agua.
Abrí la concha para dejar al descubierto la conocida masa viscosa que nos permitía comunicarnos, tomé la parte sin ella para verter algo de agua con ayuda del grifo, pero no pasaba nada... algo andaba mal. Al probar el agua me di rápidamente cuenta de ello, pues no era el sabor familiar de siempre, sino que era dulce... y como no me quedaba de otra tuve que poner empeño en ello para volver ésa agua en salada como la de casa. No tardé mucho, pues no era difícil y poco a poco la viscosidad de la otra tapa desvaneció, volviendo en ambos lados el agua una especie de gelatinosidad grisácea.
— Kaixo Darwin — saludó la voz de mi hermano Luu. Sonreí al oírle, pero no había entendido lo primero que me había dicho.
— Eh... no entendí lo primero Luu, pero bueno. ¿Qué tal van las cosas por allá? —
— Van bien, nadie sospecha nada, sólo no conocen el paradero del tercer príncipe. La princesa parece interesada en mí y padre está más que complacido con eso — aseguró.
— Eso suena fantástico, pero dime, ¿ella es de tu interés? — dije socarrón, obviamente sabía la respuesta pero quería escucharla de sus labios.
— . ¿P-por qué preguntas eso cara de pez mono? — reprochó con lo que parecía ser vergüenza.
— Simple curiosidad. Aún así contesta dientes chuecos — reí a lo último.
— No tengo los dientes chuecos, mi belleza es perfecta y única.... La q-quiero — dijo lo último entre dientes, como todo niño.
— Perdón, no te escuché pequeño Luu — dije juguetón.
— Sí me oíste, anguila ponzoñosa — aseguró molesto a lo que yo terminé carcajeando feliz.
— ¿Tu ya encontraste pareja? — quiso saber.
— Aún no estoy seguro... es un chico y no sé si le vayan los chicos, no sé si aquí sea como en casa o diferente o sólo se apareen entre macho y hembra. No conocemos mucho acerca de ellos sabes —.
— ¿Te gusta? — preguntó interesado.
— Algo así, no puedes saber si alguien te gusta con sólo verlo un día y luego de unas semanas empezar a hablarle ¿sabes? — me quejé, pues estaba más que confundido, con las preguntas de Luu que ni podía responder las dudas surgían debajo de las rocas.
— Tonto, ¿entonces por qué no lo compruebas de la forma más sencilla? —.
— ¡¿Y cuál vendría siendo ésa forma "sencilla" que dices tú?! — quise saber con cierto hastío, si el problema se podía resolver así de fácil que lo dijera, mis opciones sólo me llevaban a preguntarle, pero podría mentirme, o echarme de su casa.
— Pues... con un buen servicio — su respuesta me hizo fruncir el ceño, no sabía a qué se refería.
— No entiendo, explícate — ordené.
— Pues si es así o no, sólo te lo puede asegurar el propio cuerpo del humano, ¿me entiendes?. La única forma que se me ocurre es que lo seduzcas, tienes a tu favor el hecho que allá tus feromonas podrían flotar en una sola dirección si lo deseas: a sus fosas nasales, eso lo hará caer más fácil —
Ahora la idea no parecía muy descabellada, de echo le encontraba algo de lógica, de ventaja incluso... ¿pero en verdad valía la pena el entregarme a un hombre al cual casi no conocía? más importante, no llevábamos ni un día de conocernos...
— No respondes, eh. Te dejo pensarlo, pero que no pase de la semana, recuerda que no tienes mucho tiempo para encontrar a la persona que puede o no ser tu verdadero amor, y no podemos engancharnos de lleno con un sólo chico. Hablamos luego hermano, debo irme. Cuídate —
La comunicación se vio cortada y el agua naturalmente volvió a su forma original. La mente me seguía mortificando, no sabía qué hacer con la situación que se me había presentado en éste momento, no sabía si tomarla o dejarla pasar, bueno, había diferentes formas de saber algo... pero llegar a tal extremo...
Arreglé rápidamente mi físico antes de salir de la habitación, cuando algo verdaderamente inesperado le dio un giro a las cosas.
— ¿Con quién hablabas? — Mierda...
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Hasta aquí el capítulo, veré si más tarde publico el siguiente, si no, será hasta la próxima semana, esto ya se prendió amiguitos ewe
Los quiero un montón y muchas gracias a todos los nuevos lectores, espero les guste la historia, no se olviden de votar por el capítulo si fue de su agrado, Riko Ishikawa se despide deseándoles un hermoso día/ tarde/ noche ;3
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El secreto del tritón (Gumball & Darwin) [Yaoi]
Fanfiction¿Qué pasaría si el deseo de un joven tritón se hiciera realidad?... ¿Acaso su amor se dará entre tantos obstáculos? ¿Y si nada de esto hubiera llegado a pasar? ¿Cómo encontraría Gumball a aquél pesecillo que le sacaba sonrisas y alumbraba sus días...