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Darwin

Mientras Gumball iba a la llamada "escuela" a hacer no sé qué me dejó solo en casa, dándome así la oportunidad de tomar un baño y por fin dejar salir mi verdadera naturaleza, pero primero me buscaría algo de comida. Sin pensarlo dos veces regresé al trozo de madera donde antes habíamos comido, para luego sorprenderme ya que Gumball me había dejado comida preparada y éso facilitaba mucho las cosas. 

Luego de saciar mi hambre regresé al lugar donde estaba ésa cosa que parecía pecera, con ayuda de unos dibujos pude saber cómo hacer que el agua cayera en ése recipiente. En cuanto la punta de los dedos de mis pies tocaron el agua las aletas no se hicieron esperar, por lo que literalmente caí dentro de la cosa ovalada con agua. 

— Ouch... — me quejé debido al golpe pero finalmente logré acomodarme en el agua hasta poder disfrutar de ésa dulce sensación que tanto me fascinaba. Empecé a jugar con el agua y entonces recordé el concha con la que me comunicaba con mi hermano. Hice el esfuerzo con mis manos de convertir ésa agua dulce en salada y al tener éxito pude escuchar la voz de Luu.

Bonjour. ¿Comment vas tu frère? — dijo el peli naranjo.

— ¿Qué? — dije consternado.

— ... Hola, ¿cómo estás hermano? — arrastró cada palabra con fastidio.

— Ah — alargué la palabra al ser capaz de comprenderlo —. Por ahí hubieras empezado, cuando me hablas en otros idiomas no te entiendo nada — me quejé.

— Sí, bueno, lo que sea. ¿Cómo vas con ése chico que te ha acogido? — interrogó.

— Pues... anoche tuvimos una pequeña pelea, yo ya no estoy molesto pero él parece querer seguir siéndome indiferente — expliqué.

— Mmmm... ya veo. Quizás sea hora de que tú des el primer paso — propuso entusiasta a lo que yo verdaderamente no estaba en absoluto acuerdo. 

— Ayer él me robó mi primer beso, luego me rechazó. No creo que tenga la mente clara en éste momento o quizás todo es debido a las malditas feromonas que desprende mi cuerpo inútil — pensé en alto.

— Quizás sí, quizás no. Nunca lo sabrás hasta que lo trates detenidamente, le des tiempo de calidad, lo conoces, dejas que él te conozca... ¿no? — sugirió enérgico.

— No lo sé Luu, ya lo pensaré. Pero primero háblame, ¿cómo te va a ti con la princesa del Sur? — interrogué con más ánimo a mi hermano escuchando atentamente cada una de sus palabras que me daban a entender que él realmente disfrutaba de estar con ésa chica, que lo hacía feliz y ella parecía corresponderle. 

Estuvimos hablando por largo tiempo, tanto que me dio hambre nuevamente pero gracias a la astucia de Gumball pude llevarme algunos bocadillos a la cosa ovalada con agua. Cuando mi hermano tuvo que cortar la comunicación me volví a mis propios pensamientos, luego me fastidié, jugué otro rato con el agua dulce hasta reposar mi cuerpo a una esquina de ése ovalo. Me relajé por un momento y sin notarlo los ojos empezaron a pesarme hasta que caí dormido en ésa agua dulce. 

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Gumball

Las clases me habían tomado un poco más del tiempo pensado, gracias a un trabajo que nos encargaron ése mismo día, pero finalmente estaba fuera de la escuela, disfrutando de la brisa del mar. Al ser viernes podía pasear temprano por la ciudad ya que no tendría clases más tarde. Me pasé unos minutos en la biblioteca de la ciudad recolectando información para mi tarea, tomé las fotografías a los libros necesarios para luego retirarme a mi vivienda. 

Cuando entré pude percatarme de que todo estaba exactamente igual a como lo había dejado bueno, excepto por la mesa: como había esperado Darwin se llevó mis sobras del desayuno y el desayuno que había preparado para él con prisas. Fui a mi pieza para cambiar mi ropa por una más cómoda, luego vagué a la cocina y al no verlo ahí empecé a alarmarme, me parecía muy extraño no ser capaz de verlo por ahí...

— ¿Darwin? — lo llamé con la esperanza de escuchar una respuesta pero no fue así. Empecé a correr por toda la casa, busqué en los cuartos, la sala, la lavandería, la bodega donde guardaba unas cosas, el garage, la cocina y nada, aún cuando buscaba de arriba a bajo en cada una de las habitaciones no había ni rastros de que estuviera Darwin ahí.

Luego como había tomado agua me dirigí al baño para realizar mis necesidades básicas y fue ahí cuando pude verlo. Tan tranquilo y ajeno a lo demás, pero... había algo extraño, su cara estaba medio sumida bajo el agua. Me asusté. 

Corrí al borde de la bañera para asegurarme de que estuviera bien, sin embargo, nada me habría preparado para lo que descubrí. Darwin tenía una cola verde, como si la mitad de su cuerpo fuese la de un pescado. Mis ojos se abrieron de par en par debido a la impresión de tal imagen que parecía sacada de un libro de ficción. Cubrí mi boca con mis manos tratando de callar la impresión de tal sorpresa aunque mi torpeza me delató al momento en el que caí de trasero justo al lado de la bañera. 

— .... ¿Mmmgh? — apretó ligeramente los ojos antes de abrirlos y al verme esbozó una pequeña sonrisa para mí — ... Bienvenido Gumaball, no sabía que ya habías llegado — dijo con total naturalidad aparentemente indiferente al hecho de que lo estaba viendo desnudo o más bien que sus piernas tenían una cola de pescado. 

Darwin se acomodó el cabello para atrás con algo de agua, lavó su cara para luego recargar sus brazos a lo largo de la bañera completamente relajado como si fuera lo más normal del mundo que estuviésemos en una situación como ésta. 

— .... — tragué en seco sin saber qué decir.

— ¿Qué te pasa? ¿por qué no me dices nada?. ¿Acaso sigues molesto por lo de ayer? — insinuó confundido pero al ver cómo mis ojos lo analizaban de arriba a abajo su ceño se frunció hasta que al parecer cayó en cuenta de su actual situación y empezó a alarmarse —. ¡NO MIRES! — gritó mientras trataba de cubrir su cuerpo con sus manos —. Esto es... es... No es lo que crees... yo... esto... — parecía perdido y confundido, desesperado por dar una explicación aunque parecía que no conseguía articular una idea concisa. 

— ¿Q-qué eres? — quise saber. Aunque no me encontraba convencido de querer saber la respuesta. 

— Yo... yo... — seguía sin poder articular una frase. 

— ¿P-por qué no tienes piernas? ¿Qué rayos te pasó? — me sujeté los cabellos por la desesperación. No sabía qué era lo que pasaba o por qué mi visita tenía cola de pescado pero quería saberlo ahora, aunque no tenía claro qué es lo que haría después de descubrirlo. 

— ... Yo... no soy un humano como tú, soy un tritón... — mis ojos se abrieron y cerraron reiteradas veces, como queriendo procesar ésa nueva información. 

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Hasta aquí el capítulo 6. Lamento la tardanza para publicar capítulos, pero espero poder ponerme un poco al corriente en lo que restan de las vacaciones. 

Espero que hayan disfrutado del capítulo y de ser así ya saben qué hacer ;)

Sin más que decir me despido. Los quiero mucho. Nos leemos en la próxima actualización ;3

El secreto del tritón (Gumball & Darwin) [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora