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Narra Sara

— Necesito de tu ayuda — su cara había cambiado de semblante completamente. 

— ¿Qué ganaría yo? — se cruzó de brazos divertida.

— Ser la madrina del primero de mis hijos — confesó sin más a lo que bufé divertida.

— ¡Ha! Para eso falta mucho — le resté importancia.

— En realidad... — dijo dubitativo.

— ¿Qué? ¿También te liaste con chicas? — inquirí.

— No, pero... — el azabache divagaba un poco y eso sólo me colmaba la paciencia.

— Estoy esperando un hijo de Gumball ahora — declaró el chico a su lado.

— ¡HA HA HA HA HA! — estallé de risa —. No me digas que estás con un trasvesti o algo así — bromeé —. Espera, no es malo... Aunque... Ya me confundí — me crucé de brazos pensativa.

— Vamos con tu novia, ella sabrá qué hacer — propuso el idiota.

— Bien, porque la verdad ya no entendí qué es lo que pasa aquí — expliqué. Tomé el móvil, llamé a Carmen y a petición de Gumball acordamos vernos en su consultorio.

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Conduje hasta el conjunto de consultorios médicos donde trabajaba mi novia, ingresamos a ginecología donde ella residía y nos recibió con total disposición.

— Bien, ¿quién es la paciente? — quiso saber.

— En realidad es un "él" — aclaró Gumball.

— Soy yo — indicó el peli naranjo mientras ingresaba a la sala de exploración con el ultrasonido y toda la maquinaria.

— Esto es algo nuevo para mí, ni siquiera sabía que fuera posible — Carmen estaba emocionada por descubrir lo que le ocurría al chico.

Minutos más tarde y con ayuda del ultra sonido pude cerciorarme de que como había dicho Gumball, el chico esperaba un hijo de él... Un hecho a mi parecer demasiado abrumador.

— Ahora necesito hacerte unos estudios para conocer la razón de esta situación... Ya sabes, los chicos generalmente no tienen trompas de falopio por ahí — Carmen bromeó un poco para quitarle hierro al asunto.

— En realidad... Hay algo que quisiéramos mostrarles, como confío en ustedes... Espero que por todos los años de amistad, los favores, lo que hemos vivido... O al menos por mí, mantengan esto en secreto y se lo lleven a la tumba — su expresión era seria, pero con un dejo de temor... Algo peculiar en el ojiazul.

— Ya, dilo — exigí.

— Darwin es un tritón y por eso es capaz de embarazarse — sin quererlo frunci el ceño —. Vamos a la bañera de hidroterapia — indicó.

Como hoy no trabajaba Alan no había problema en estar a su consultorio, además de que había un acceso al lado del de Carmen. Entramos tranquilamente por la habitación, Gumball, mi pareja y yo le dimos algo de intimidad al peli naranjo para poder quitarse la ropa y colocarse una bata de hospital. 

— ¿Listo? — cuestionó Gumball. 

— Sí — caminó con cierta vergüenza hasta nosotros, subió la escalerilla de la piscina. En pequeños segundos se pudo ver una luz tenue provenir del agua. Al cesar ése resplandor pudimos ver al peli naranjo con la mitad de su torso con una cola escamada, como la de un pescado, pero al igual que su cabello era de un tono naranjo. 

El secreto del tritón (Gumball & Darwin) [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora