5|Bipolar

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Si me hubiesen dicho que Liam Gashter era el anciano al que atendí hace unas noches, no estaría tan nerviosa y avergonzada ahora, en definitiva ese hombre es bipolar, primero me trata como si fuese menos que él y luego se ríe de mis medias ¿Quién se cree él para reírse de mí?.

Estoy subiendo unos papeles al estante que hay en la oficina de Liliana, desde que entré y me presenté, me cayó súper bien, en toda la tarde no ha dejado de hablarme de su novio, ya hasta sé toda su vida; ya es de noche y agarro mi pequeña chaqueta para irme.

–Nos vemos mañana Lili, ya es tarde y último bus sale a las 10, adiós.–digo con una sonrisa y cierro la puerta.

Voy caminando hacia la parada y noto que un coche lujoso está siguiéndome, así que me apresuro a llegar para tomar el bus, lo último que me faltara sería que me robaran mis últimas monedas que me quedan o en último caso, me vendan por no tener dinero.

Veo como el vidrio del copiloto se baja lentamente y aparece el rostro de mi jefe, haciéndome señas para que me acerque y así lo hago.

–Señorita Riggins, ¿La acerco hacia su casa?.–pregunta con una sonrisa de lado.

–No gracias, de hecho ya me tengo que subir al bus, adiós señor Gashter.–digo sin más, dejándolo sin esperar insistencia suya y haciendo seña para parar el bus.

Estoy por subir el primer escalón cuando me agarran del brazo. –¡Espera!, puedo llevarte...–suena algo exasperado– por favor.

–Está bien...–dicho esto, nos encaminamos hacia su Ferrari, me abre la puerta del copiloto como todo un caballero y me dispongo a entrar, cierra la puerta para luego rodearlo y abrir la puerta del chofer.

–Vaya, ¿Qué tienes contra mí?, no te comeré por si no lo has notado.

–Lo siento, era el último bus y ya sabes... no quería perderlo–su expresión cambia a sorprendido y es ahí cuando me doy cuenta que lo acabo de tutear.

–Bien, ¿vamos por pizza?.–pregunta cambiando de tema.

Estoy sorprendida y estoy segura que he abierto los ojos como platos.

No puedo creer que Liam -el bipolar- Gashter me esté invitando a comer, pero me digo a mí misma que debo tranquilizarme, así que le doy una sonrisa y respondo.

–Hamburguesas por favor.–digo y él sonríe, tiene una hermosa sonrisa con unos perfectos dientes, pero de nada le sirve tenerlos si tiene un humor cascarrabias.

Llegamos y bajó del coche dubitativo, lo cerró para luego abrir mi puerta; lo sentía algo nervioso como si no quisiera estar allí, como si se haya arrepentido de haberme dicho que viniéramos...

–Si no quiere señor, podemos irnos, yo... no tengo ningún problema con ello...–suelto con la esperanza que me diga que me equivocaba, pero al ver que no avanzaba se esfumó.

–No acostumbro a comer en estos lugares, es comida chatarra y si me ven por aquí, es una portada asegurada para una revista, lo siento Riggins, yo... no sé, no sé qué me pasó al invitarte...–me entregó un par de billetes y se encaminó a su coche para luego irse, lo seguí con la mirada como avanzaba hasta doblar la esquina y desaparecer.

¿Y qué más daba?, no debí aceptar desde un principio, él es un hombre bipolar además de millonario y yo una simple empleada suya, soy una tremenda ilusa.

»Eso te pasa por bruta« –pienso.

Pago el taxi con los billetes del cascarrabias, y corro hacia el interior del edificio donde vivo, llego a la puerta de mi apartamento y saco la llave para introducirla, pero se me escapa y cae por la rendija de las escaleras, maldigo en mis adentros porque son cinco benditos pisos y aquí no existe algo parecido al ascensor.

Ya estoy llegado al último escalón cuando veo por unas de las ventadas de las escaleras que el coche de Liam está estacionado al frente, me quedo pensando por un buen rato y veo que se abre la puerta del copiloto mostrándose una figura esbelta, seguido baja Liam y cierra la puerta para seguirla a la modelo o como se la pueda llamar, la abraza y la atrae hacia su cuerpo para luego besarla, en ese momento todo deja de funcionar para mí, ya sabía yo que todo era una simple ilusión mía, él por supuesto tiene novia y yo creída que me invitaría a comer con intensiones de algo más.

Menuda idiota.

Llego a mi apartamento y camino hacia mi habitación, me enfundo en uno de mis pijamas de gravity falls, me giro para mirarme al espejo y sonreír tristemente.

Soy una simple chica que no tiene dónde caerse muerta, me siento tan mal... siento que esto es como un tipo de karma, o algo así..

Entonces, mi foco se enciende.

Fred.

Dejé plantado a Fred hace cuatro días y recién me acuerdo, con razón no lo he visto estos días y si me lo topo se gira para entrar a la sala de residencia.

Agarro mi cuaderno de apuntes y comienzo a ojearlos para estudiar, mañana tengo un examen muy importante, no debo de pensar en trivialidades o idioteces de amorío.

Me rindo, mañana en el camino hacia la universidad estudiaré más tranquila, por suerte ya no tengo que trabajar en el restaurante ni en el bar, ya que con el sueldo que me pagarán en el edificio Gashter podré pagar mi renta y la universidad.

Será una semana larga, por cierto.

Vida a medias [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora