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Liam Gashter

Un fuerte dolor en la sien impiden que mis párpados lleguen a abrirse, escucho gritos, pero no logro escuchar ninguna palabra. Necesito gritar que se callen la maldita boca de quienes sean los que están provocando tal ruido. Trato de mover mis dedos y llevarlos hasta mi boca para hacerles seña de que hagan silencio, pero fallo en el intento. Me siento débil.

—¡Está moviendo los dedos!—.Por fin puedo distinguir un grito y por desgracia está justo en mis oídos.

—Estás paranoica Khiena, él ni mueve su pito desde hace semanas, ¿crees que hoy moverá alguno?—.Creo que ya sé quienes son.

Trato de mover la mano y...

—¡Oh Dios, se está moviendo!, ¡DOCTOR!, ¡ENFERMERA!—.Y si, es la ruidosa de Khiena y su amiga, escucho pasos fuertes que supongo que son de las enfermeras a las cuales acaba de llamar.

—Señor Gashter, por favor trate de abrir sus párpados.—Intento y lo logro aunque al principio solo veo nubes.

—Señorita, el señor Gashter acaba de respirar solo oficialmente, el Doctor pasará a hacerle la revisión y haremos un último análisis para descartar cualquier futuro inconveniente.—Khiena asiente limpiando una lágrima que se le resbala por el rostro.

—No puedo creerlo Liam, ¿cómo te sientes?.–pregunta con cierto aire de felicidad y preocupación.

La verdad no tengo ni una pizca de ganas de verla ahora mismo. El recuerdo de traición hace eco en mis pensamientos.

Ella sabía de mis miedos, pese a que no nos conocemos demasiado. Temo por los que me rodean. Esto no debió pasar así, tener un hijo es demasiado pronto. No he culminado mis terapias, tampoco me siento estable física y mentalmente. Definitivamente no hay manera de que yo sea padre aún, pero hacérselo saber a ella sonará aún más cruel de lo que se piensa. Quisiera que me parta un rayo ahora mismo.

«Vamos Liam, piensa en algo cielo.», me aliento a mí mismo.

Tendré un hijo con la mujer que amo ó quizás pienso que lo hago y solo sea producto de una atracción momentánea. Ya no sé qué pensar.

¿Qué es lo que debo hacer?.

Jamás había estado en una situación así, peor aún con una mujer. Debería calmar más mis hormonas.

Entre tanto pensar, caigo en la realidad. Ella está observándome con el ceño fruncido esperando que articule alguna palabra. Pero decido por hacer una estupidez, sé que después me arrepentiré pero por ahora no quiero martirizarme con la idea de pasarme pensando qué hacer con mi vida y dar explicaciones por las acciones que tomo.

Entonces, decido ignorarla.

Sí, sé que suena muy idiota hacer eso pero no me queda de otra y en momentos como este no tengo opciones.

–¿Liam?, ¿Me escuchas?.–suena bastante preocupada.

No respondo. Su ceño se pronuncia más aún.

–Liam, sé que me estás escuchando y aunque me estés ignorando te diré lo que pienso y lo que haré.-toma un suspiro largo y continúa- El doctor me dijo que estarás bien y no tienes amnesia Liam, no encuentro tu objetivo al optar por ignorarme. Pero está bien, ya tuve bastante tiempo para pensar y no te molestaré si eso es lo que quieres, pienso que necesitas tu espacio y es lo que te daré. Cómo veo que ya estás mejor, nos retiramos.- mira a su amiga que está sentada en uno de los sillones del hospital y esta le sonríe.

¿Qué más da?. –pienso.

Veo cómo se retiran las dos personas que estuvieron cuidando de mi el tiempo que estuve sin despertar, por parte de los agradezco profundamente. Pero cómo ella dijo, necesito mi espacio. Necesito pensar con claridad qué es lo que debo de hacer.

Estoy completamente seguro que le causaré un daño pero si corro a sus brazos y finjo que todo estará bien, pues provocaré lo mismo. Tengo días para aclarar mis pensamientos a cerca del estado de Khiena.

~*~
«»
Escucho voces lejanas. No distingo qué es lo que dicen. No puedo moverme, trato de levantar mi cuerpo pero fracaso. ¿Qué pasa?.

Entonces entre la oscuridad aparece una sombra que viene en mi dirección. Cada vez está más cerca. Intento moverme con desesperación aún que sé que no funcionará pero aún así continúo con la lucha.

Cuando la sombra se va haciendo más clara me detengo y abro mis ojos lo más que puedo porque no puedo creer quién es.

–¿Ma-Mamá?, ¿cómo es que...–me detiene.

–Shh... silencio amor mío, no te angusties, estás con mamá. -sonríe- No temas, ¿qué es lo que está pasando hijo?, cuéntame.

Yo sigo mirándola, no puedo creer que ella esté en frente mío en este momento.

–¡Mamá!–grito con felicidad.

–Tranquilo... solo tienes que calmarte...-dice con dulzura mientras se acerca y me enfunda en uno de esos abrazos que tanto necesitaba.

Lloro en sus brazos, le digo cuánto la extrañaba en medio de sollozos. Sus abrazos me hacen sentir protegido en todas las formas posibles. Para cuando me aparto ella se queda sonriéndome.

–Te extrañé demasiado mamá, necesito que me ayudes por favor. -digo en tono de súplica- Me enamoré de una mujer y... ella ahora está embarazada...–

Ella suspira.

–Y no quieres tener ese hijo por miedo a tu enfermedad, ¿es así?-asiento y ella cambia su semblante- Afróntalo hijo. Yo no crié un cobarde.

Sus palabras me sacan de confort.

–Tengo miedo que ese niño sufra la misma mierda que yo madre.–sigo agachando la cabeza como el cobarde que soy.

–No lo hará si tiene los cuidados correspondientes, Liam ese bebé necesita de su padre, esa mujer no abortará. Tienes que matarla. –sus palabras me hacen levantar la mirada y me encuentro con el rostro de mi madre distorsionada.

No no no no no, ella no es mi madre.

Empiezo a desesperarme y grito porque ella se acerca más con sus manos queriéndome quitar la respiración, comienzo a mover mis piernas y trato de apartarla con mis manos.

–¡AYUDA!–Grito desesperadamente.

Está sonriéndome.

–¡Vete, no eres mi madre, vete!–grito fuertemente para que se largue. Comiendo a patalear y cierro instantáneamente mis ojos.

Cuando siento me está tocando, abro mis ojos lentamente para encontrarme con los rostros de los doctores mirándome con preocupación. Entonces lo entiendo.

Fue una pesadilla.

Vida a medias [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora