Capítulo 5

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-Te lo quiere contar Alex.

-Perra si yo no quiero contar nada.-Dije mirando furiosa a Adele.

Adele solo me enseñó la lengua.

-Lo que me quieren contar tiene que ver con Alex ¿verdad? – Dijo Jacob buscando con la mirada una respuesta.

La perra de Adele tenía que dar la indirecta para que Jacob no dejara de mirarme con su mirada de “¿Pero qué demonios has hecho pedazo de loca?” así que tuve que contarle lo del partido y lo de la apuesta. Jacob no paraba de sacudirme y gritarme:

-¿Pero tú estás loca? Podía haberte violado si hubieras perdido joder.

 Al parecer ellos no fueron ni se enteraron de que estaba apostando con Bastian porque quedaron juntos para ir a la playa. Por eso me llamaron pero al ver que no respondía se fueron ellos solos.

-También se le olvidó otra cosa, es sobre un…-Dijo Adele, pero llegando al final de la frase le tapé la boca para que no siguiera el interrogatorio de Jacob.

-¿Un qué? ¿un bebé? ¡No jodas Alex, que estás embarazada!

-Que no joder Jacob que manía. –Respiré hondo, pero la asquerosa de Adele me babó la mano y tuve que limpiármela.

-¡Alex tiene novio!-Dijo Adele aprovechando que ya no tenía mi mano en su boca. –Se llama Jared y es muy guapo.

-Pero si no lo conoces. –Dije con una mirada digna de una psicópata.

-Pero no creo que te guste tener un novio feo, así que tiene que ser guapo.-Dijo ella triunfante.

Está bien, Adele me había pillado con las manos en la masa, se nota que es mi mejor amiga y me conoce a la perfección. Jacob, que estaba en shock, se decidió a hablar:

-Cuenta cómo es tu príncipe azul, quiero saber por qué estás con él y no conmigo princesa.

-No estoy contigo porque eres un completo retrasado pero te quiero igualmente. Bueno pues hablaré de mi príncipe azul,  es el chico más hermoso que he visto en mi vida, cuando choqué con él en la entrada del instituto supe que le quería. Lo sé, resulta raro enamorarse de una persona a primera vista, y menos yo que soy una completa salvaje. Jared es moreno de ojos azules, le gusta el baloncesto igual que a mí y es muy divertido; cada vez que me mira siento algo en el estómago.

-Eso, querida Alex, es amor. –Dijeron los dos a la vez, y al darse cuenta de que dijeron lo mismo al mismo tiempo soltaron una gran carcajada a la que me uní.

-Me parece que Alex está enamorada, por fin dejará de pegarme cada vez que digo algo bonito sobre ella. –Dijo Jacob bromeando, a lo que se le sumó Adele con su opinión:

-Ni a mí me empujará más de la cama.

-Qué fuerte  lo que están diciendo de mí mis mejores amigos. –Puse las manos en mi pecho en señal de que me han herido con su comentario.

Ambos se miraron y se echaron a reír como si fueran dos brujas. Salté encima de ellos y les di un enorme abrazo.

Mis amigos decidieron acompañarme por la noche, así que cenamos juntos y nos acostamos. Jacob al momento quedó fuera de combate y lo mejor era que también nosotras hiciéramos lo mismo.

La noche fue bastante intensa en esa cama doble. Digo intensa por no decir que Jacob roncaba como un cerdo y me despertaba cada vez que lo hacía. Para colmo la otra cerdita de mi amiga se babó toda la camiseta como si fuera un bebé. Bueno, mejor no me quejo que creo que babé toda la almohada. Hay que decirlo, soy un desastre cuando duermo.

Los efectos del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora