Letters to Juliet 【KAICHEN】

Capitulo 24

Mamá cruza su brazo con el mío y entramos a la iglesia, todos nos miran y no se siente de la forma en la que pensé que se sentiría.

-Sonríe.-Susurra mi madre y la ignoro por completo dando un largo suspiro. Llegamos al final del pasillo donde el sacerdote me sonríe, le devuelvo la sonrisa solo por cortesía.

Pasan otros cinco minutos cuando la típica música de boda comienza a sonar. Juro que la escucho como si fuera la música de mi propio funeral, o al menos se siente de esa forma.

Hannah cruza por la puerta y todos se levantan, su padre la lleva del brazo y un velo cubre su rostro, quizás eso podría ayudar a imaginarme a JongIn en vez de a ella.

Rio ante mi pensamiento de JongIn en un vestido y creo que todos piensan que sonrío por Hannah, pobres idiotas.

Ni siquiera conozco a la mitad de las personas que están aquí. Podría asegurar que solo Baekhyun está realmente entre mis conocidos. Ellos llegan hasta mí y el padre de Hannah me tiende la mano de su hija, apenas sonrío pero me sorprende que Hannah tampoco esté contenta. Beso su mejilla y en menos de dos segundos ya estoy lejos de ella. La ceremonia inicia pero no puedo concentrarme hasta que llegamos a la parte que había soñado ésta mañana.

-Kim Jong Dae, ¿Aceptas a Sun Hannah como tú futura esposa?.-Ahora todos me miran, y estoy tan fuera de mí que incluso puedo sentir la gota de sudor que resbala por mi frente. Mi garganta se siente seca, trato de hablar pero no puedo.- ¿JongDae?-Me llama el sacerdote de nuevo, volteo a verlo a él y luego a Hannah, que suspira y mira al piso.

-Lo vas a hacer.-Susurra hacia el piso.-Sabía que lo harías.-Dice sin verme. Tomo su mano y su mirada sube hacia mí.

-Tú sabías, cuando nos conocimos, que lo nuestro no era por voluntad propia.

-¿Entonces ahora es mi culpa?-Dice.

-JongDae.-Dice mi madre entre dientes.- ¿Qué estás haciendo?

-Escúchame, por favor.-Le digo a Hannah, ignorando a mi madre.-Yo sé, que dentro de ti, sabes que esto no es lo que quieres. Necesitas a alguien que te amé, Hannah. Pero también sabes que yo no lo hago, y que si nos casamos en este instante, ninguno de los dos va a ser feliz. Ahora dime, ¿Es eso lo que quieres?-Ella me mira, luego mira a sus padres.-No, no. No los mires a ellos Hannah, mírame a mi.-Vuelve su mirada a mi.-¿Realmente quieres casarte?-Todos nos miran, entonces ella habla.

-No.-Susurra.-No quiero casarme.-Dice ahora más alto y suelto un suspiro de alivio. Ella me mira y se quita el anillo de compromiso que tenía en el dedo tendiéndomelo. Lo miro y luego a ella.

-Es tuyo.-Susurro.

-No quiero volver a verlo.-Dice.-Igual que a ti. Realmente espero que puedas comprenderlo.-Asiento y suspiro tomándolo.-De todos modos estoy segura de que podrás cambiarlo por uno que le quede mejor a JongIn.-Dice con una sonrisa y rio levemente.

-Gracias, Hannah.-Le digo y ella sonríe leve.

-¡No!-Grita mi madre y todos volteamos a verla.-Déjense de estupideces, ambos. Esto estaba perfectamente arreglado, no dejare que sus inútiles sentimientos de culpabilidad arruinen todo lo que he hecho para que estén mejor.

-Oh Dios santo, cállate de una buena vez.-Le responde Hannah.-Tu no quieres lo mejor para tu hijo, tú lo que quieres es el dinero de mi familia, al nivel de que le hiciste creer que nos habíamos acostado cuando ambas sabemos que no es cierto.

-¡Hannah!-Le recrimina su madre. Nunca había escuchado a Hannah hablar de esa forma. Siempre había sido una señorita de sociedad, con valores y educación. Pero entonces reacciono. No era cierto. Ella y yo nunca habíamos estado juntos.