Stupid Liar │ Pliroy

Capítulo 8: Queen

Después de tantas semanas con un extremo clima frío por fin era una mañana soleada, unos cuantos rayos del astro rey se colaron por la ventana de la habitación de Yuri dando directo a su cara, haciendo que despertara de su plácido sueño.

Abrió los ojos y se dio cuenta que toda la noche estuvo aferrado al cuerpo de JJ, inconscientemente lo abrazó con tanta fuerza, en el fondo temía que el canadiense no amaneciera a su lado.

Por primera vez desde que JJ apareció en su vida no sintió ganas de golpearlo, todo lo contrario, quería permanecer todo el día con el chico de piel bronceada.

A su corta edad Yuri no entendía porque el cambio tan drástico en sus sentimientos por el mayor. Jamás en su vida había sentido tanto miedo como la noche anterior, pero también se sintió más protegido que nunca.

Esbozó una sutil sonrisa mientras contemplaba el rostro de JJ, poco a poco esa mueca fue desvaneciéndose al ver el golpe que ya se había tornado en una marca morada.

Bajó su mirada hasta las manos del pelinegro; sus nudillos estaba rojos, JJ en verdad quería matar al sujeto que lastimó a su reina.

Yuri revisó su propia muñeca, estaba morada al igual que el rostro de JJ, vaya que ese tipo tenía fuerza...

Justo la noche anterior estaba pensando que JJ era un kozel, una persona egoísta que solo se preocupaba por el mismo, pero lo que conversaron esa noche le había hecho cambiar por completo de parecer.

—Gatito... ya no llores. —suplicaba JJ mientras sostenía las manos del rubio que lloraba desconsoladamente, miedo y culpa era todo lo que podía sentir en ese momento.

—No puedo evitarlo... todo esto pasó por mi culpa, si no me hubiera alejado de ti... tú no estarías lastimado, mírate... —tocó con cuidado la mejilla del mayor. —¿Qué dirás cuando te pregunten que te ocurrió? —las lágrimas no dejaba de caer por sus mejillas y JJ estaba a punto de hacer lo mismo, pero él quería ser el protector de Yur, aunque eso significara esconder sus emociones.

—Diré que una fan se emocionó de más y terminó golpeándome sin querer... o que me caí mientras entrenaba, aunque ese no sea el estilo de JJ —dijo con cierto aire de grandeza.

—Eres un idiota... —Yuri rió y dio un suave golpe en el brazo del más alto.

—Yuri... —lo tomó por los hombros. —No importa si me golpean, no me importa lo que pase conmigo siempre y cuando te pueda proteger... no volverás a estar solo, jamás volverás a tener miedo... porque eso hace un rey, cuida de su reina sin importarle su propia vida.

—Jean... —musitó.

—Yo soy el que debería disculparse contigo... no te cuide y por eso casi pasa un desgracia...

—No fue tu culpa...

—Lo fue, debí haber estado al tanto de ti, gatito... tú eres la única razón que tengo para sonreír... si algo te pasa... juro que me muero.

Una sonrisa se volvió a dibujar en el rostro del pequeño de cabellos dorados, se acercó con cautela al rostro de JJ y dejo un beso en la comisura de sus labios.

Leroy abrió los ojos como platos al sentir el tacto de los labios ajenos.

—¡M-Me diste un beso! —gritó emocionado.

—Me lo debías, tú hiciste lo mismo... —dijo con timidez.

—¡Este es el mejor día de mi vida! —se abalanzó sobre el menor, dejándolo debajo de él.

Yuri rió de una forma tan tierna que JJ no pudo aguantar más.

—Eres hermoso, hermoso, hermoso... —repetía a la vez que llenaba de besos el rostro del menor.

—Basta, me haces cosquillas... —trató de detener a Leroy pero le fue imposible.

La mañana se fue entre jugueteos inocentes de la pareja.

Pero las obligaciones siempre interrumplen, a pesar de que Yuri tenía el domingo libre JJ tenía que ir con su entrenador a escoger la canción para su nueva rutina.

El canadiense se sentó en la orilla de la cama y tomó la mano del rubio. —Esto quiere decir que...

—Esto quiere decir que sí, acepto salir contigo... —respondió y sus mejillas se volvieron a tornar rosadas.

—YEEEEEEES! MY QUEEN! —volvió a besar el rostro del pequeño. —No llevará mucho tiempo la elección de la canción, estaré aquí por la tarde, waiting for me, my precious devotchka. —besó sus labios y salió corriendo de la habitación entre gritos de victoria.

—Idiota. —rió soltando un profundo suspiro.