Capítulo 12: The drama begins...

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JJ por fin despertó después de aquella maravillosa noche, ese niño ruso le había cansado como nunca antes, ambos seguían abrazados y cubiertos por la frazada.

Observó detenidamente el rostro del rubio, parecía estar sonriendo.

— Mi Yuri... —susurró apenas audible y soltó con cuidado al menor, quería darle una sorpresa y que mejor que el rey JJ le preparara el desayuno.

Se levantó de la cama y buscó su ropa, tardó más de la cuenta pues esas prendas fueron lanzadas por toda la habitación la noche anterior.

Terminó de vestirse y antes de salir de la habitación encontró tirado el celular de Yuri.

— No debería... —pensó mientras se levantaba. — Bueno... no tiene nada de malo. —desbloqueó la pantalla y lo primero que vio fue un mensaje que le había llegado en el transcurso de la madrugada.

De: Vitya.

"Yurachtka, estoy comenzando a preocuparme, ¿de verdad me detestas tanto como para no contestar mis mensajes y llamadas?"

Jean frunció el ceño y dejo el celular en la mesita del menor.

Pronto regresaron a él aquellos celos; porque cuando conoció por primera vez a Yuri la única persona a la que le sonreía era Viktor y también había sido capaz de llorar por él.

"Viktor llegó a mi vida y me hizo olvidar un poco mi soledad."

Recordó como la mirada de Yuri se llenó de brillo al ver a Nikiforov ganar el oro en el GPF del año pasado, la idea de que su novio admirara a alguien que no fuera él le llenó de angustia.

— No quiero que tus ojos brillen por alguien más... —susurró mirando al pequeño desde la puerta de la habitación. — Te amo tanto, gatito... ahora no puedo imaginar mi vida sin ti...

Media hora después Yuri despertó y extendió su brazo, buscando a JJ.

— ¿Jean...? —preguntó mirando a su alrededor, su mirada comenzaba a cristalizarse.

— Good morning, my lady!~ —saludó alegre entrando a la habitación con una charola en las manos. — ¿Pensaste que me había ido? —dejo la charola en la mesita de noche y tomó la mano de Yuri.

— Idiota... —bufó tiernamente el menor.

— Quería darte una sorpresa, el rey ha preparado un delicioso desayuno para su reina —dijo con orgullo.

— ¿Sabes cocinar? —cuestionó asombrado.

— ¿Crees qué mis padres me siguen preparando la comida? —contestó entre risas.

— No... bueno... —titubeó. — Es que siempre te he visto como, literalmente, un rey.

— ¿Literalmente?

Asintió. — Creí que todo lo tenías en bandeja de plata, que todos servían al gran JJ...

El semblante de Jean cambió.

— ¡Pe-Perdón! No lo malinterpretes, es solo que...

Jean negó. — No te culpo, Yuri, en realidad yo me encargué de que todos a mi alrededor pensaran eso de mí, me cansé de intentar hacer amigos y me convertí en un patán vanidoso, pero ¿sabes? Un rey no necesita amigos.

Yuri le miró un tanto confundido.

— Un rey solo necesita a su otro rey para ser feliz. —dejo un pequeño beso en los labios ajenos que fue gustosamente correspondido.

JJ vivía solo desde la mayoría de edad, quería demostrar que ya era lo suficientemente maduro y que podía valerse por sí mismo y así lo hizo, había tomado la cocina como hobbie y a decir verdad no lo hacía nada mal.

El rubio degustó aquel platillo y levantó su pulgar en señal de aprobación.

— Está delicioso... —miró el platillo.

— El tocino canadiense con waffles y huevos fritos es mi especialidad.

— Un momento... ¿trajiste el tocino desde Canadá?

— ¿Dónde más podría conseguir tocino canadiense, mh?

Yuri no pudo evitar soltar una carcajada. — ¿De verdad?

— Sí, quería que lo probaras —sonrió entrecerrando los ojos.

El rubio se sonrojó un poco, pensaba en que era un idiota, pero el idiota más lindo y al que más amaba — Gracias, Jean...

— No es nada, mon amour... por cierto, ¿estás adolo...? —señaló con timidez su espalda.

Yuri mordió un pedazo de waffle, negando. — El entrenamiento con Lilia me hizo más flexible y resistente —comentó con naturalidad.

— Me alegra. —sonriendo dejo un tierno beso en la frente del rubio y ambos siguieron desayunando.

De nuevo había sido otro hermoso día... ese sería el último, en unos días más se llevaría a cabo la Copa Rostelecom.

Moscú, Rusia; Copa Rostelecom.

Moscú... —suspiré alegre al poner el primer pie en mi ciudad natal, estaba inmensamente feliz, ese día vería a mi abuelo después de tanto tiempo, quizá podría platicarle acerca de Jean...

— Mila, cuida mi equipaje —pedí y antes de que ella pudiera contestar salí corriendo del aeropuerto, no tardé mucho para encontrarlo, estaba ahí, esperándome. — ¡Abuelo! —exclamé y por la emoción brinqué para abrazarlo, no fue la mejor idea... problemas por la edad.

Pasé la tarde con él, platicando acerca de la competencia, de mis entrenamientos...

Y de mis padres.

Estaba anocheciendo, tenía que regresar al hotel, ahora más motivado por la promesa de mi abuelo, con él apoyándome seguro ganaría.

Finalmente el día llegó.

Después de todas las presentaciones que vi tengo que reconocer que el katsudon cada día mejora más... es un digno rival para mí.

Mi turno había llegado, era hora de demostrar que yo era el mejor de Rusia...

No, el mejor del mundo.

Mi abuelo no había llegado y aunque me ponía triste aún tenía a Jean en el mismo lugar, a pesar de que no había hablado desde que llegamos a Moscú sabía que él me apoyaba.

He pulido mi Ágape y a pesar de que todavía no es perfecto... es suficiente para pasar a la siguiente ronda.

Tuve una caída pero logré reponerme rápidamente, terminé mi rutina entre los gritos de mis seguidoras... quizá no lo reconozca públicamente pero su apoyo me hace mucho bien.

Era el turno de Jean, frente al público seguimos siendo "rivales", él sigue molestándome pero ahora amo que lo haga.

Como siempre lo hizo bien, su actitud arrogante en la pista le da un ímpetu envidiable, superó su marca persona y quedó en primer lugar, estaba tan feliz por él. Fue con sus entrenadores y se quedó unos minutos platicando con ellos.

Su celular sonó, miró la pantalla y su semblante cambió a uno más serio.

— Gracias, Isabella...

Fue lo único que alcancé a escuchar antes de que terminara su llamada, se veía preocupado...

Al pasar a mi lado me miró de reojo y siguió su camino hacia los vestidores.

Y ahí me quedé, como idiota mirando cómo se alejaba.

¿Por qué te afectó tanto esa llamada?

¿Quién es Isabella? 

Stupid Liar │ PliroyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora