CAPÍTULO 9: STARK

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La bruja limpió el cuerpo de Jon Nieve y entonces me pidió que tendiera mi mano sobre su torso desnudo, estaba lleno de heridas, puñaladas con aspecto casi putrefacto no sobreviviría con ellas en aquel estado. Entonces, y mientras yo miraba distraída al guardia de la noche la bruja me hizo un corte en la palma de la mano, no me dolió, no sentí nada, mi cuerpo estaba muerto y vivo a la vez, para mí, seguía siendo del todo imprevisible. La sangre que brotó de mi mano me sorprendió, era de un rojo oscuro, viscoso. Cerré mi mano con rapidez, y la puse en mi pecho, dándome la vuelta. La abrí despacio, y descubrí como allí, ya no había nada, tan solo un poco de escarcha.

La cerré de golpe al notar una mano en mi espalda, era sir Davos, me tendía un pañuelo para limpiarme, me di la vuelta, lo cogí y rodeé mi mano con él. Miré entonces el cuerpo de Jon nieve, y mi sangre, espesa, en el centro de su pecho.

-¿Para que se supone que nos sirve la sangre de...-Sir Davos dejó de hablar en cuanto aquel líquido empezó a moverse. Emití un pequeño grito que apenas salió de mi garganta. La sangre se aproximaba a las heridas del guardia de la noche, y las cerraba con rapidez, cuando todas se hubieron cerrado la sangre se congelo y fue cambiando de color hasta ser solo un bloque de hielo normal. No podía pestañear, noté un tremendo nudo en mi garganta, se me secó la boca de golpe y mis piernas empezaron a temblar.

-¿Estás bien?Estás más blanca que este muerto.-Me dijo el pelirrojo salvaje que nos acompañaba. No contesté.- ¿En serio te has mareado por una gota de sangre?

-¡Menuda sangre!-Dijo sir Davos.

-No os preocupéis lady Lakía, todo es fruto de la magia del señor de luz, ahora, si no os importa, dejadme sola para pronunciar mis hechizos.

Salí de allí en silencio. El caballero me tendió su mano, pero me negué a cogérsela. Me agarré a la barandilla de madera que daba al patio, llena de nieve, con fuerza.

-Tu sangre ha curado sus heridas.-Dijo el salvaje poniéndose a mi lado.

-Esa bruja nunca dejará de sorprenderme.-Dijo Davos.

-No creo que fuera solo la bruja, dijo que la estaba esperando para esto, creo que es esta dothraki.

Abrí mucho los ojos.

-Es la sangre Martell.-Dije de forma rápida, casi en un susurro.

-¿La sangre Martell?, vaya, pues no se le debió de curar la cabeza a tu tío cuando se la explotaron.

-¡Tormund seguro que ella no lo sabía!

-¿Mi tío ha muerto?

-Hará unos seis meses, querida, nos llegó la noticia en forma de rumor, en fin los rumores son más rápidos que ninguna otra cosa.

-¿Dónde has estado todo este tiempo?-Dijo Tormund.

Mierda, pensé, no se me ocurrían más excusas que contar.

-No tengo porque contaros nada de lo que pasó, solo os diré que hubo algo que me cambió.







Juego de tronos: LakiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora